Vlad Draculea
Tepes - (1431 – 1476)
Bram Stoker (Dublín, 1847 - Londres,
1912), novelista irlandés autor de Drácula, el
conde vampiro de Transilvania (1897), obra clásica y de las más
influyentes dentro de la literatura de terror, escribió esta novela inspirado en la figura de Vlad Draculea* Tepes, más conocido como Vlad el Empalador, tirano medieval de Valaquia que empalaba a sus
enemigos.
* Drácula, tal su patronímico, es una palabra
de origen rumano, que tiene dos significados: puede ser “drac”, diablo, o
“dracul”, dragón.
El personaje de esta novela, desde
su nacimiento literario ha originado numerosos estudios, ha sido llevado muchas
veces al cine y ha gozado siempre de muy buena prensa. A través de los años se
ha ido perfilando, hasta lograr una personalidad tan definida que, hoy, a más
de un siglo de distancia, se nos puede antojar como un viejo conocido. Alguien
que se ha ido metamorfoseando hasta convertirse en un personaje tan digno,
dentro de su desgracia, tan aparentemente real, tan terrorífico y cruel a la
vez, que hasta nos da pie (un pie muy pálido, por supuesto) para que lo
tratemos con humor.
La astucia del Conde Drácula es
proverbial. Si alguna vez se le aparece y le dice que le amará hasta la muerte,
tenga por seguro que se estará refiriendo a la muerte suya y no a la de él.
¡Ah! Y recuerde que detesta la luz del día y
el olor del ajo.
A Drácula y a Lucy, la más conocida
de sus víctimas, los he llevado al tango.
CÓMO NACIÓ EL "TANGO DEL
VAMPIRO"
Daniel
Melingo, a quien yo no conocía, con motivo de haberme grabado el tango “El
escape”, me llamó por teléfono y me invitó a la presentación de su CD “Tangos
bajos”. Concurrí. Fue una noche de octubre de 1998, en el Club del vino.
Los
músicos vestidos de negro; Melingo y Fabiana Cantilo cantando un tema a dúo,
también de negro. ¡Y ella tan blanca!
El
público: en gran parte, pálidos punkies
y jóvenes rastas, con ropas negras,
escuchando a un hombre con una particular manera de cantar y de interpretar el
tango. Y el silencio. ¡Un gran silencio! (Como en las mejores noches del Viejo
Almacén.)
Los
temas: tangos reos y rantifusos.
Algunos cercanos al humor negro y otros lindando más con los laberintos de la
desesperación que con los decorados de la felicidad convencional.
Cuando el espectáculo terminó, en lo
que tardé en llegar hasta mi coche, estacionado a escasos setenta metros, ya
tenía en la memoria los cuatro primeros versos del Tango del Vampiro.
TANGO DEL VAMPIRO
Escucho a un fueye que me
asegura
que ya es de noche y es
noche oscura.
Hoy su rezongo suena a
sirena
que está anunciando que
hay luna llena.
Éste es el tango que con
voz ronca
le canto a Lucy al salir
del jonca.
¡Lucy! ¡Mi Lucy! Que no
hay collares
con que se oculten tus
yugulares.
Desde hace siglos no
siento el hambre
y hoy sólo quiero beber tu
sangre.
ELLA:
¡Conde! ¡Mi Conde!
¡Mi amor prohibido!
Ya desde el día en que la
has bebido
mi sangre toda te corresponde.
Si me has herido,
mi flor de anemia
no es esta noche lo que me
apremia,
sino la llama que has
encendido.
Si algo me quieres,
sólo por eso,
abre la boca con que me
hieres
y hoy dame un beso.
El mismo fueye, como si
hablara
me está diciendo que es
noche clara.
Ya no es rezongo, ni es la
guadaña.
Ni es esa historia de
Transilvania.
Éste es el tango con voz
quebrada
que ahora le canto a mi
enamorada.
¡Pero carajo!... ¡Pero
carajo!...
¡Quién trajo el ajo!...
¡Quién trajo el ajo!...
¡Tan justo ahora, que sin
collares
Lucy me muestra sus
yugulares!
©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Click:
Canta Daniel Melingo y Fabiana Cantilo
Recitado por Juan Salvador
“Tango del
vampiro” en “Visualización 3D y
Animación” – Creado por René Stark para Tesis de Diploma del programa de
Escuela vocacional EB Zurich para la educación superior. Bailarines: Luis Rubén
Parra y Karin Schneider.
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