EL MAR SE MUERE
¿El mar se muere? O, ¿al mar lo matan?
El mar se muere, nosotros lo matamos
porque no somos, o queremos ser
conscientes,
del mal con que le golpeamos.
Amo pasear por la limpia arena de la
playa.
Escuchar el rumor de las olas.
Ver en el cielo revolotear las gaviotas
y, allá a lo lejos, saltar sobre el agua
delfines y orcas…
Pero, ahora, las playas de arena blanca,
negra o de rocas
se han convertido en cementerios
de peces, delfines, aves, ballenas y
focas.
Y, las aguas, azules o verdes,
de transparentes, pasaron a ser un gran
arco iris
de apagados colores, de los colores de
los plásticos
que sobre ellas flotan.
Flotan bolsas, botellas, colillas,
esteras olvidadas después de tomar el
sol,
y, a veces, ¡hasta parasoles y sillas!
Ahora, al pasear por la playa,
podemos encontrar a un delfín boqueando,
a una ballena muerta al quedar atrapada,
a tortugas asfixiadas, llenas sus bocas
de plástico,
a bancadas de peces que abandonaron el
agua,
aves, embadurnados sus cuerpos, con sus
plumas atrapadas,
las alas inmóviles, envueltas en esa
negra pus que destila el petrolero
fracturado en alta mar y que, al mar,
vierte su carga
y lo ensucia, y lo envenena, y lo
extermina porque…
El mar se muere…
Y, a nosotros, nos mata.
Martes, 18 de junio de
2019 – 11,29 a.m.
©JUANA
CASTILLO ESCOBAR,
poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario