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UNA MADRE INFELIZ
A doña
Josefa Rodríguez…
Lo abrazó sin dejarlo continuar y tan
efusivamente como solía hacerlo cuando era niño. Tomás, el único hijo que
prodigaba su cariño estaba ahora en sus abrazos. Tenerlo ahora cerca por sí era muy extraño,
acostumbrada a discusiones exageradas y trasnoches. Él había sido respetado de
forma intimidante por todo el barrio por ser delincuente peligroso. Su aspecto
callejero, el mote de Tomás cuchillo. Con las chicas mantenía intactos sus
naturales aires de conquistador al igual que su aspecto de dembowsero rompedor,
urbano pero algo extremo, vistiendo siempre
T-shirt anchos con jeans
estrechos y aretes, ya fueran amarillos, verdes o azules. Estaba ante las
miradas de un grupo de menores del barrio, quienes dejaron de chatear por sus
celulares para observarle. Se advertía que aún ejercía sobre las mujeres una
respetable fascinación.
-¿Pero qué haces en Gua ley, pequeño cabrón?
Estás como es.
Mantenía su forma callejera de hablar de
siempre y su voz, tan maliciosa como entonces.
-Dame la luz, toy clara que no eres un maldito hablador
y que das tablas, y que eres un king de palabra –ironizó-. - Me prometiste que
volverías, y aquí estás.
- Siete años después. Pero he cumplido.
-¿Liberado?
-Liberado por fin mama.
-¿Y la chamaquita aquella…?
-Acabó en nada.
-¿Y tú, tomas?
-Y… ¿ya olvidaste el joropeo y de dar tabla?
-Lamento comunicarle a la doña que desde hace
cinco años, querida.
-Sentí mucho lo de El viejo que se infartó por
no quedarse tranqui, yo soy un men nuevo vieja. Eso sí, la copa ya la tenía
vacía. ¿Y manin cómo está?
-No duró ni un mes después de tu
encarcelamiento para que se hiciera policía.
-Lo siento. Me acuerdo de él. Ya sabes que lo
quiero mucho es my manin.
-Y el a ti. Pobre, fíjate si sabía poco de la
vida que te ponía de ejemplo a ti. Oye, ¿y tus panas?
-Dale mente. Son delincuentes.
-Y ya empecé a tirarte que lo que, ¿eh? Tu
tranqui mijo en casa, ¿la recuerdas? Quien iba a creerlo, ¿verdad? -¿Tomas, tomas?
¿Una fría, un Brugal, un whisky?
-Lo que tú elijas estará muy bien vieja.
-Dos pollos asaos y dos hermosas cervezas frías.
¿Ta Bueno ahí, pequeño cabrón? Y ahora me cuentas qué haces aquí. Y si quieres,
intentamos pasar un buen rato con estas shapiadoras, que no hace nada eran casi
niñas, ¿recuerdas ese drink, pequeño cabrón?
(©) BRAYNER GOMEZ, poeta y escritor de Santo Domingo,
Rep. Dominicana
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
La figura maternal siempre presente en cualquier latitud,en paisajes distintos, pero entrañable retrato,amado e inolvidable!!!
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