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LA ESTACA
-Aaah, vos sos hijo dee… A tu papá lo vamos a
matar esta noche.
-¿Cómo?
-Con un cuchillito.
-¡No seas bárbaro; no asustes al chico!
–increpó la tía sin mucha severidad, como si sólo se hubiese tratado de un
chiste de mal gusto. Y el energúmeno le había clavado una estaca que le rozó el
corazón.
Tenía cinco años; estaba con la tía en casa de
amigas y apareció esa cara que no olvidaría nunca; esa que encontraría después
en la biblioteca del barrio, en una foto de la Comisión fundadora que colgaba
de una pared. Junto a su padre y otras personas, parecía uno más en un grupo de
amigos bien inspirados. Esa foto descubierta muchos años más tarde era sin duda
anterior al anuncio macabro.
La amenaza, real o fingida, tal vez sólo un
mensaje, revelaba una enemistad profunda, de esas que no suelen generar las
bibliotecas. Pero el padre desarrollaba otras actividades, gremiales y
políticas. Era ferroviario, era miembro de la Comisión Directiva del sindicato.
Estaba afiliado al Partido Socialista, el de Juan B. Justo, Repetto, Palacios, Mario
Bravo y Sánchez Viamonte. Pero no cumplía una función política, participaba
solamente en las actividades sociales. Era en el gremio donde podía estar el
origen de las enemistades. Precisamente por esos días estaba juzgando a un
afiliado que la mayoría condenaba por anticipado, respecto del cual el padre y
pocos más habían asumido una defensa encarnizada, que trascendía el ámbito gremial.
Guardaba celosamente en una carpeta la historia
heredada y ahora la tengo yo, incluida la publicación en el periódico
socialista del pueblo de acusaciones y alegatos. Es la fecha de este último la
que me permite conocer la edad del niño en aquel momento.
Esa misma noche tendría lugar la asamblea convocada para resolver la
cuestión.
El chico sabía algo de todo esto por las
conversaciones de sus padres y sobre todo por los temores que algunas veces
exteriorizaba su madre.
El abuelo lo acompañó hasta su casa después de cenar. Deseaba regresar
antes; anunció su propósito de irse solo si no lo llevaban, pero no se lo permitieron.
-Te va a llevar el abuelo.
-¡Vamos, abuelo!
-¿Por qué tanto apuro?
¡Pero si la tía sabía todo! ¡Y tan tranquila! Había que avisar sin
pérdida de tiempo. ¿Cómo no estaban todos tan apurados como él? Se trataba de evitar que ocurriese una
tragedia.
Su padre salía cuando entraban; se cruzaron en el jardín. Su padre se
inclinó para darle un beso, dijo algo al abuelo y siguió su camino.
Tanto tenía él para decirle pero no pudo. Se le
anudó la garganta, se anegaron sus ojos, pero no pudo. Quiso correr tras él,
detenerlo, decirle que no debía ir, que lo esperaban para…; sintió que ese beso
sería el último, sin embargo no pudo moverse ni articular palabra.
"Vamos" -dijo el abuelo–, tu mamá está esperando; -y entonces lo
siguió.
La estaca penetró más aún porque a la zozobra
que ya le dominaba se sumó un sentimiento de culpa por lo que creía inevitable.
Por lo que tenía que evitar y no pudo, por indecisión, por no saber afrontar
una situación difícil, por falta de carácter, por estupidez.
Se durmió muy tarde y despertó temprano. Con gran ansiedad preguntó a su
madre:
-¿Dónde está papá?
-¡Qué pregunta! Trabajando, como todos los
días.
Se dio vuelta en la cama, no para seguir durmiendo, sino para agradecer
a Dios, del que mucho no le hablaban, pero sabía que era el que hacía las cosas
buenas que le pasaban a la gente.
Atenuado con los años, nunca se libró del todo del
sentimiento de culpa por lo que no ocurrió pero pudo haber ocurrido. Por lo que
no ocurrió porque el sino lo dispuso así, pero no porque él, que estaba en
conocimiento de lo que se preparaba, dijera una sola palabra para evitarlo.
El sentimiento de culpa le quedó siempre
asociado al recuerdo de aquella noche. Murió hace pocas semanas. Familiares y
allegados que lo rodeaban cuando expiró no pudieron explicar de dónde procedía
la estaca que apretaba entre sus manos.
©
JOSÉ CALCAGNI, poeta y
escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Relato que mantiene en vilo al lector,que hace que este continúe angustiado hasta el final....Muy bueno...!
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