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domingo, 11 de noviembre de 2018

TITULISTIS SI TITULITIS NO, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

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TITULISTIS SI TITULITIS NO

Ya puedes poner el canal que quieras, a la hora que quieras y donde quieras, siempre lo mismo y hablando del mismo tema. Los diplomas que no encuentran, los títulos que se otorgaron de forma poco convincente, que si tú esto y que tú, más.
Dijo el sabio que habían dos cosas inconmensurables, el firmamento y la estupidez humana, pero se le olvido apuntar que ésta última se la puede ir hinchando según a quien convenga, incluso, algunos jueces parece que también andan intentando aclarar las cosas y que tampoco logran poner un poco de sentido común a los hechos, aunque no sea el más común de los sentidos, como suele decirse.
El absurdo toca ya lo demencial, ahora con una señora ministra indagando si ha tenido relaciones con un señor imputado en varios delitos y yo creo que también la van a indagar si saluda a los vecinos cuando los encuentra al salir o entrar en el ascensor de su casa.
Pronto propondrán que cada persona que tenga un diploma, de lo que sea, lo enmarque y que se lo cuelgue del cuello cada vez que salga de casa. Más estupideces imposibles.
Recuerdo, hace ya muchos años, que un señor que ejercía de bedel en un colegio, pasaba todo el tiempo que podía, estudiando a los pájaros. Muchos profesores admiraban su trabajo de investigación. Y si bien recuerdo no tenía título alguno y sabía más de ornitología que algunos catedráticos del tema, pero entonces no padecíamos la enfermedad del “titulitis” y la lógica y la honestidad nos asistían más y mejor y mientras se pierde el tiempo y el dinero en estas banalidades, los problemas laborales, de salud, de enseñanza, tendrán que esperar hasta que otra epidemia de estos temas nos invada.
                                                                                                         
©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA



1 comentario:

  1. Así es, se le da más importancia al título que al conocimiento. Buena reflexión, Salomé.

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