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domingo, 25 de noviembre de 2018

No todo el que escribe poemas es poeta, Adrián Néstor Escudero, Santa Fe, Argentina



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NO TODO ES QUE ESCRIBE POEMAS ES POETA…[1]

(UNA NOTA DE ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO)

NO TODO ES QUE ESCRIBE POEMAS ES POETA, Y…[1]

“Crecen las palabras sin su sentido más preciso. Es/ Necesario encontrar la clave del poema. ¿Dónde está/ la belleza?” – Rubén Vela (Santa Fe, Argentina, 1928 – Buenos Aires, Argentina, 2018).




   … Entiendo que no todo el que escribe poemas es Poeta, ni todo el que escribe prosa es narrador o prosista. Escribir, escriben todos. El tema es alcanzar el Arte de la Literatura. Y quien lo alcanza debe ser llamado “literato”, porque la Literatura es algo y mucho más que la escritura.

   En tal sentido, y mediante nota dirigida[2] a ASOLAPO-AGENTINA, daba cuenta de una breve opinión sobre el tema y que enviara al Foro “PUNTOS DE VISTA” de UNILETRAS-SJ SIGLO XXI (Naciones Unidas de las Letras-Semillas de Juventud Siglo XXI)[3], abierto a discusión el 15 de este mes, y partiendo del planteo realizado por un consagrado ex poeta rumano (el mejor de los años ´80) y actual prosista a full, Mircea Cartarescu [4], donde brindaba una sucinta opinión concordante –prima facie[5]- con la de este literato. Opinión que ahora amplio, necesariamente y a los efectos de transformar dicha nota en el presente artículo, donde me permito reflexionar -con un poco más de detenimiento- en el revolucionario pensar sobre el oficio de las letras por parte del mencionado prosista (¿poeta?).

   Así, y como dicho colega, llamado hoy día “el renovador” y “la nueva sangre de la literatura europea”, leo demasiada poesía; incluso debo reconocer que, por momentos, me siento saturado (muy saturado) de hacerlo, y hasta he debido darme mi propia respuesta a tan significativo incordio literario: pues, y como lo he afirmado mucho antes de conocer el pensamiento de Cartarescu, insisto, no todos los que escriben poesía son Poetas, así como, no todos los que escriben prosa son Narradores o Prosistas: ser literato (y no, meramente escritor) es realmente el objetivo si deseamos construir Arte por medio del Verbo (Arte: artificio de la sensibilidad y subjetividad del hombre puesto en relación biunívoca con la trama existencial) y testimoniar e iluminar así la realidad en todas sus dimensiones y perspectivas.

   Al respecto, y bajo riesgo de escandalizar a muchos escritores, escribientes, escribidores y lectores de Poesía, Cartarescu,  para quien la misma “fue, o es, su primer gran amor literario”, se dedicó a dicho benemérito género “hasta que dijo: no más”, según Diego Felipe González Gómez, su entrevistador en un extenso reportaje de seis páginas publicado en la Revista “Bocas” – Edición 80 – Noviembre 2018. Y quien luego de los rodeos propios de todo encuentro literato-crítico literario, acabó por inquirirle la cuestión más relevante de su reportaje, al preguntarle: “Y, ¿qué lo llevó a divorciarse de la poesía y pasar a la prosa? ¿Por qué abandonar ese gato muerto del mundo consumista como lo llamó en su libro “El ojo castaño de nuestro amor”?”

   A lo que nuestro lúcido –aunque para algunos, supongo, controvertido- literato, respondió: “Poesía es una palabra engañosa. Te hace pensar en el arte de componer versos y en los libros de poemas. Pero, en realidad, la poesía es una manera especial, ‘oblicua’ de ver el mundo. La mayoría de los libros de poesía que se publican en la actualidad no tienen nada de poéticos, porque sus autores no son poetas. Sólo alguien capaz de ver poesía en todos y cada uno de los fragmentos de este mundo, en un clip, en un soneto, en un par de calcetines sucios o en una galaxia, puede llenar un libro de poemas de verdadera poesía. Para mí no existe ninguna diferencia entre escribir poesía o escribir prosa, o quedarme en mi hamaca y contemplar los escaramujos de mi jardín, o jugar con mis gatos. La poesía fluye por todas partes, “within you and without you” (Dentro de uno y fuera de uno)… 

   … Para reafirmar a continuación y con la contundencia y firmeza propias del que ha sabido conocerse y aceptarse a sí mismo, para abandonar necedades y crecer luego en sabiduría…: “Cuando llegué a la treintena, miré atrás y no me gustó lo que vi: demasiados libros de poemas con mi nombre en la cubierta. ´No es sano escribir tanta poesía –me dije a mí mismo, pensando en Bash y en Keats–. A partir de ahora no voy a volver a escribir un solo verso´. Y cumplí mi promesa, como hago siempre: he leído un montón de poesía desde entonces, pero no he escrito ni un solo verso en los últimos treinta años. La prosa es el único tipo de poesía que deseo hacer”.

   En ese orden, y en lo que me concierne, cuando nadie hablaba de ello, me ví acuñando a fines de la en lo década de los ´70 el término "Poesía en Acción"; ello, a los fines de intentar, con tal pudoroso concepto, rescatar a la bella (verdadera) arquitectura de nuestro lenguaje idiomático español, el cual y a mi criterio, sólo a través de la prosa puede estallar en toda su potencia para captar en plenitud de medios y de fines, a las esencias de todas las dimensiones de la trama universal de la existencia humana...

   La Poesía antigua, la de la época de Oro Española, por ejemplo y su símil inglesa, nos ha dejado quizás ya lo mejor del intento humano, principiado por los escribas griegos, de formatear dichas esencias bajo un determinado código denominado poiesis o acto creador; término poiesis apropiado sincrética e impertinentemente por los poetas como Poesía, y soslayando de este modo la alcurnia y sentido de su expresión inicial: acto creador. Acto que jamás podrá suplirse completamente con la elegancia de la versificación alejandrina, cc., o libre, al cotejarse –en humilde pose- con la grandeza y poderío de la Prosa, como el instrumento más eficaz e interpelativo para capturar, conjuntamente con el deleite de una historia de vida o de mundos, el sabor de la metáfora y de otros artificios propios del sistema comunicacional, sensorial y espiritual humano... Si hasta trova breve, el haiku y sus competidores, pueden apreciarse como magníficos microrrelatos o microalegorías...

   Por lo que afirmo entonces y como nuestro prosista rumano: "La prosa es la única poesía que deseo escribir" y “sólo escribo lo que en verdad quiero escribir”; algo de lo que he tratado de dar testimonio a través de mi modesta trayectoria literaria desde Santa Fe de la Vera Cruz (Argentina), y a segura herencia vernácula de Miguel Ángel Correa “Mateo Booz” (1881-1943) y Edgardo A. Pesante (1932-1988).

   Es que se ha escrito y se escribe, sobre todo hoy día con esto de la Internet, carradas de "poesías". Una experta en Literatura como la Dra. en Letras, Graciela Maturo (N. Santa Fe, Argentina, 1928. R. actualmente en Buenos Aires, Argentina), y "Personalidad Sobresaliente de la Academia Argentina de Letras - Año 2018", advierte acerca de los sentimentalismos y apresuramientos linguísticos que despojan al arte poético de su verdadera identidad. En tanto, el uruguayo Horacio Silvestre Quiroga Fortaleza (1878-1937), un prosista de aquéllos, también lo advierte en su “Decálogo del joven escritor, atacando incluso el exceso de adjetivaciones (cuestión opinable, porque todo debe girar no en “lo que se cuenta” sino en el “cómo se cuenta”), sugiere que no debe escribirse jamás bajo el imperio de la Emoción. El auténtico artista (artificio subjetivo valorativo de lo real), la deja morir y luego, intenta reconstruirla. Quiroga entonces afirma que quien alcanza ese objetivo, en verdad, sólo ha llegado en Arte, a mitad de camino... Para pensar, ¿verdad?

   De todos modos, y en correlato con el testimonio hispanoamericano de las plumas del colombiano Joseph Berolo Ramos, del peruano Hugo Garrido Chalén, del andaluz radicado en Argentina, Antonio Camacho Gómez, o del bonaerense argento Norberto Pannone, y de mis comprovincianos Graciela Maturo, Nora Didier, César E. Bisso, Oscar A. Agú, Horacio C. Rossi (in memoriam), Fortunato Nari, Lermo Rafael Balbi, Juan José Saer y Rubén Vela (in memoriam), Susana Valenti, Liana Friedrich, Zunilda Gaite, Mirta Gaziano, Marta Rodil, María Beatriz Bolsi, entre otros, así como la gran pléyade entrerriana sustentada en la prosapia poética de Leoncio Gianello (in memoriam), y enarbolada en la actualidad por Abel E. Schaller; digo que, muy recientemente y en el número semanal del BLOG  LITERARIO DE ASOLAPO-Argentina (Asociación Latinoamericana de Poetas y Narradores, op. cit.) publicado el sábado 17 de noviembre del corriente año, pude constatar con beneplácito –sin olvidar que en números anteriores también emergieron vates de similar talla- los versos del sanluiseño Jerónimo Castillo (Argentina) y del medellino Jaime Vélez Ramírez (Colombia), el canto ruiseñor del alma de sinceros, vitales y talentosos Poetas. Poetas con mayúsculas. Porque, como gusto aclarar, ser Poeta (o Literato) es una forma de vida, y no el mero acto de escribir versos (o narraciones)…

   Y el colega Mircea Cartarescu, lo expresa sin ambages según González Gómez, comentando en su comprensión del pensar del literato rumano que, según éste, la Literatura es como un credo al que hay que entregarse ciegamente, sin reparos.  Hay que ser una especie de fanático capaz de encerrarse a leer durante días y semanas hasta bordear los límites de la esquizofrenia, como la que el mismo Cartarescu sufrió en su juventud, o tener la abnegación, como la tenían los monjes durante la Edad Media, de pasar muchas horas escribiendo hasta olvidarse del mundo terrenal; o creer que los libros son una especie de medio mágico para interpretar los sueños, para conocer el futuro o cambiar de sexo. Así, sostiene González G., él mismo lo dijo en su discurso de recepción del Premio FORMENTOR DE LAS LETRAS (Feria de Madrid, España) y la promoción de su último trabajo: “El ala izquierda” –primera parte de la trilogía CEGADOR, publicado por Impedimenta-, el pasado setiembre: “(…) Creo en aquellos para los cuales la escritura es una religión practicada con devoción, en soledad, en aras de la alegría personal y de la búsqueda de uno mismo, no una manera de adquirir un status social, notoriedad, dinero y gloria”. Y sin embargo, su compromiso no termina allí. Cartarescu cree que cada libro es una extensión de su cuerpo, un órgano vital que lo mantiene vivo. Tanto que si no escribe, el suicidio aparece en su cabeza como un fantasma.

   De hecho, y a diferencia de tan inquietante prosista, mi postura sobre estas últimas apreciaciones es que, para el escritor, cada libro, si bien es una especie de extensión de su cuerpo (y mente), también lo es de su ánima, y más que un “órgano vital para mantenerse vivo”, lo entiendo como a una suerte de hijo espiritual engendrado –al igual que un ser humano- por el cruce cromosómico del Maná de la Palabra y de la Imaginación Creadora (que algunos atribuyen al mito de las Musas, y otros al sudor del trabajo perseverante e ilustrado que modela y afina el talento hasta devenir en oficio literario). Hijo que una vez engendrado, al desprender su cordón umbilical con el autor, pasa a tener vida propia hasta llegar incluso a ajeneizarse completamente de su hacedor.

   Visto de esta forma, uno entiende al libro como vital instrumento de servicio a los demás, en cuanto eso sí, nos permite el regocijo placentario de lo íntimo, al ayudar a conocernos tanto en su prefactibilidad como en su edición gráfica o virtual, para intentar crecer y ser el mejor… de nosotros mismos. O como que, “dando, se recibe”, en sentencia poética atribuida al genio de san Francisco de Asís. Y en tanto lo que interesa es hacer Literatura, escribiendo… literariamente; siendo para nuestro personal oficio la publicación, necesaria más no suficiente necesidad… Dicha conciencia del punto permite, en mi caso y en el de tantos otros, sobreponernos a la cruda realidad de lo costoso que implica editar lo escrito literariamente en todas las épocas. Y ello al margen de la polémica marketinera desatada entre el Universo Gütemberg y el Universo Internet…

   Es que en una época donde la enfermiza “Ideología de Género” pretende destruir las bases mismas –y no sólo de él- de nuestro inefable idioma español, debemos acentuar la defensa del mismo, tanto en la forma como en el fondo... De no, tendremos que esperar varios siglos o milenios hasta que aparezcan literatos de la talla UNIVERSAL de un Cervantes, Hernández (el de allá y el de acá), Lugones, Borges, Bécquer, Lope de Vega, Lorca, Asturias, Balzac, Kipling, Dostoievski, Tagore, Kafka, von Gothe, Poe, Víctor Hugo, Melville, Joyce, Tolstoi, Dickens, Gjellerup, Shaw, Mann, Mistral, Eliot, Le Guin, Dumas, Twain, Golding, Tolkien, Martin, Bradbury, Sturgeon, Lovecraft, Ballard, Unamuno, Jiménez, Cela, Paz, Flaubert, Quasimodo, Seferis, Carroll, Szymborska, Faulkner, Hemingway, Russell, Neruda, Grass (Berolo, Chalén, Maturo, Didier, etc., etc., etc.), García Márquez, Vargas Llosa, Shonagon, Llosa, Fuentes, Darío, Alegría, Vallejos, A. Storni, Bajarlía, Pizarnik, Abraham, Dylan, Rowling, etc., etc., etc., entre los cabe contar indudablemente a todos –algunos de los cuales fueron mencionados precedentemente- aquellos literatos galardonados con el Premio Nobel de Literatura[6] (y en consciente a-cronología, pues los miles de libros que yacen en una biblioteca culta y responsable, y atosigada placentera y racionalmente sólo de los buenos, “no necesitan estar ordenados por países, épocas o lugares”[7]; buenos libros que son unos cuantos, a Dios gracias y haciendo realidad -pues nadie procede de sí mismo excepto Dios- la gracia[8] o talento –que no otorga ninguna fábrica o taller literario, según E. A. Pesante, op. cit.-  que el Hacedor sembró en ellos como administradores del Verbo)…






[1] ADRIÁN N. ESCUDERO – Santa Fe, (Argentina), 15-11-2018. T.a.: 26/27-11-2018.-
  
    Publicado el 15-11-2018 en el Foro “Puntos de vista” - NACIONES UNIDAS DE LAS LETRAS-SEMILLAS DE JUVENTUD SIGLO XXI (UNILETRAS-SJ SIGLO XXI) – Bogotá (Colombia).  Presidente Fundador: Joseph Berolo Ramos.
                                                                 
   Publicado el 25-11-2018 en el Blog virtual de la ASOCIACION LATINOAMERICANA DE POETAS, ESCRITORES Y ARTISTAS (ASO.LA.PO) – Filial Argentina (Buenos Aires) – Presidente y Director de Organización Internacional: Norberto Pannone.-
 

[2] Nota - Email:

De: Adrián Néstor Escudero adrianesc@hotmail.com
Enviado: sábado, 17 de noviembre de 2018 21:01
Para:
 Norberto Pannone  - Presidente ASOLAPO-ARGENTINA
Cc: UNILETRAS-JD PRESIDENTE FUNDADOR JOSEPH BEROLO RAMOS Chía/Bog-Cbia.; ASDE/CEH Argentina - DRA. EN LETRAS GRACIELA MATURO
Asunto: RE: Escriben: Alba Oliva; Jerónimo Castillo; Carlos Benítez Villodres; Jaime Vélez Ramírez; Marta Salvador; Natacha Mell, Carlos Ascencio Barillas).


[3] Nota – Email:

De: Naciones Unidas de las Letras <berolojoseph@aveviajera.org>
Enviado: jueves, 15 de noviembre de 2018 11:31
Para: Adrián Néstor Escudero; (…)
Asunto: PUNTOS DE ViSTA . La mayoría de los libros de poesía que se publican en la actualidad no tienen nada de poéticos, porque sus autores no son poetas. FORO ABIERTO.

[4] Cartarescu, Mircea -  Bucarest, Rumania  1956. Poeta, prosista y crítico literario; casado con la poeta Ioana Nicolaie, y considerado por la crítica literaria el más importante poeta rumano de la generación de 1980. Educación: Universidad de Bucarest (Rumania) – Premios: Prix Formentor, Austríaco de Literatura Europea, Vilenica Prize. Reconoce influencias de muchos autores, comopor ejemplo,  Gabriel García Márquez,  Mihai Eminescu y Jorge Luis Borges. 
Entrevista: https://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/entrevista-con-el-escritor-mircea-cartarescu-293134. Traducido para “LECTURA DOMINICALES – Revista “BOCAS” (Mallorca, España) por Marian Ochoa de Eribe, es la voz del que tal vez sea “el más latinoamericano de Europa del Este”, siendo notable su admiración y reconocimiento para con el colombiano Gabriel García Márquez, si bien opina que “No creo que haya nadie que pueda imitarlo o analizarlo en forma crítica. Cien años de soledad –sostiene- es un libro de una perfección pura… Y nadie puede dejarse influir por García Márquez sin perder su propia alma.  Tienes que mantener cierta distancia, si no el agujero negro que provoca su lectura te devora vivo. Normalmente no son los grandes escritores los que influyen en otros escritores, sino más bien los de menor categoría (Dostoievski, por poner un ejemplo, quería escribir como Alexandre Dumas…)”. (1)
  
[5] Nota de Autor: De hecho, una apreciación esta última (1) que merece alguna acotación de nuestra parte, ya que la inspiración –como germen iniciático del acto creativo- es un largo proceso de absorción de lecturas reflexionadas, hasta que la mística creadora abre sus pétalos y nos entrega su canto y sabor . Es que aquí distingo, pues, al lector del leedor: el lector lee y de corrido; el leedor, lee y se detiene, y es capaz de reflexionar hasta la debida articulación de un artículo con un sustantivo, o de éste con un adjetivo.
[6] Sitio Web - https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Ganadores_del_Premio_Nobel_de_Literatura – Premio Nobel de Literatura – Academia Sueca y Fundación Nobel (Testamento de Alfred Nobel, 1895). Su primer galardonado fue el francés Sully Prudhomme – 1901 (“… en reconocimiento especial a su composición poética, lo cual da pruebas de un elevado idealismo, una perfeción artística y una rara combinación de las cualidades tanto del corazón como del intelecto”; y su último premiado resultó el japonés Kazuo Ishiguro – 2017 (“… su fuerza emocional, ha descubierto el abismo bajo nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”). 123 literatos titulados a la fecha.  El premio correspondiente al año 2018 se pospone en su entrega para el 2019.

[7] Cartarescu; Mircea, op. cit.

[8] Keats, John (citado por M.C.), expresa: “La belleza es verdad y la verdad belleza… Nada más / se sabe en esta tierra y no más hace falta”. Por consiguiente, y en total correspondencia con su forma de analizar ciertas aristas del acto escritural, afirmo junto a Cartarescu: “La belleza es importante para mí porque expresa la Gracia Universal. Intento crear oraciones bellas, pero no hablo de una belleza dulce o kitsch, sino de otro tipo de belleza; hablo de oraciones poderosas, a veces duras, a veces excéntricas, a veces locas…, pero buenas, verdaderas y bellas, en definitiva, llenas de esa Gracia que es clave para que algo sea poético”.-


© Adrián Néstor Escudero, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA









[3] Cartarescu, Mircea -  Bucarest, Rumania  1956. Poeta, prosista y crítico literario; casado con la poeta Ioana Nicolaie, y considerado por la crítica literaria el más importante poeta rumano de la generación de 1980. Educación: Universidad de Bucarest (Rumania) – Premios: Prix Formentor, Austríaco de Literatura Europea, Vilenica Prize. Reconoce influencias de muchos autores, como por ejemplo,  Gabriel García Márquez,  Mihai Eminescu y Jorge Luis Borges. 
Entrevista: https://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/entrevista-con-el-escritor-mircea-cartarescu-293134. Traducido para “LECTURA DOMINICALES – Revista “BOCAS” (Mallorca, España) por Marian Ochoa de Eribe, es la voz del que tal vez sea “el más latinoamericano de Europa del Este”, siendo notable su admiración y reconocimiento para con el colombiano Gabriel García Márquez, si bien opina que “No creo que haya nadie que pueda imitarlo o analizarlo en forma crítica. Cien años de soledad –sostiene- es un libro de una perfección pura… Y nadie puede dejarse influir por García Márquez sin perder su propia alma.  Tienes que mantener cierta distancia, si no el agujero negro que provoca su lectura te devora vivo. Normalmente no son los grandes escritores los que influyen en otros escritores, sino más bien los de menor categoría (Dostoievski, por poner un ejemplo, quería escribir como Alexandre Dumas…)”. (1)

  
[4] Nota de Autor: De hecho, una apreciación esta última (1) que merece alguna acotación de nuestra parte, ya que la inspiración –como germen iniciático del acto creativo- es un largo proceso de absorción de lecturas reflexionadas, hasta que la mística creadora abre sus pétalos y nos entrega su canto y sabor . Es que aquí distingo, pues, al lector del leedor: el lector lee y de corrido; el leedor, lee y se detiene, y es capaz de reflexionar hasta la debida articulación de un artículo con un sustantivo, o de éste con un adjetivo.
[5] Cartarescu; Mircea, op. cit.

[6] Keats, John (citado por M.C.), expresa: “La belleza es verdad y la verdad belleza… Nada más / se sabe en esta tierra y no más hace falta”. Por consiguiente, y en total correspondencia con su forma de analizar ciertas aristas del acto escritural, afirmo junto a Cartarescu: “La belleza es importante para mí porque expresa la Gracia Universal. Intento crear oraciones bellas, pero no hablo de una belleza dulce o kitsch, sino de otro tipo de belleza; hablo de oraciones poderosas, a veces duras, a veces excéntricas, a veces locas…, pero buenas, verdaderas y bellas, en definitiva, llenas de esa Gracia que es clave para que algo sea poético”.-

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