NOSOTROS, LOS COBAYAS
(Temas de Reflexión)
No
sabemos lo que nos deparará el siglo XXI, va avanzado, pero en estos primeros
años, que hemos ya vivido, con los ataques islámicos a América y Francia, las
guerras que afloran en cualquier lado del planeta, sobre todo la de Irak,
Siria, podemos estar seguros que la humanidad ha dado un giro manifiesto hacia
una beligerancia cada vez más cruenta. ¿Es esto también parte de la
globalización? El estado de guerra se vuelve natural. Las Ongs van poniendo
parches, cada vez más pequeños, al terror que aflora en cualquier rincón del
planeta, ya no les quedan ni recursos.
Quizás
será, contrariamente a como siempre se ha creído, que el estado de guerra es el
estado natural del hombre y que su codicia es algo consustancial a su
naturaleza.
¿Qué
fue de ese pueblo noble, luchador y audaz, capaz de tomar en las manos su propio destino?¿Han desaparecido las clases
sociales para peor? ¿Ya no hay nada por lo que luchar?¿Somos unos estómagos
agradecidos pegados a la especulación y al consumo?. Quisiera pensar que no. Y
si la técnica y los recursos son suficientes para todos ¿por qué se siguen
muriendo de hambre tantos niños?¿ por qué se llena el mar de tantas pateras y
cayucos de gentes desesperadas que no dudan en arriesgar sus vidas por un
futuro más que incierto? Me quedan muchas preguntas por hacer y muchas
soluciones que se tienen que dar, tantas como la impotencia que me abriga.
Impotencia porque al pueblo, lo que es de verdad pueblo, no sé ni a donde ha
ido a parar. Sí, hay pequeños grupos “de afinidad” se dice, que quieren cambiar
el mundo. ¡Qué bien!. Tomaré asiento mientras tanto.
Nunca,
ningún grupo de afinidad, ni perteneciente a partido determinado, ha podido
hacer revolución alguna, ni cambiar la sociedad si no ha contado con el pueblo.
Hoy malvive acomodado al consumo, dopado de estupideces, drogas y religiones.
El ejemplo más latente lo
tenemos en el pueblo español que fue capaz, con su ejemplo de organizar la
economía al tiempo que hacia frente al fascismo externo y al fascismo rojo
interno. Hoy conmemoramos el ochenta
aniversario.
Cuando a finales de la segunda guerra mundial
los aliados entraron en Francia muchos refugiados españoles pensaron que las
tropas pasarían los Pirineos y echarían a Franco de su poltrona restableciendo
un gobierno democrático. Ignoramos cuales hubieran sido los resultados.
Pero
los que desarrollaban estas conjeturas, pensaban poco en que, años atrás al
capitalismo se le presentaron dos enemigos el fascismo y el comunismo y no dudo
un momento en aliarse con el segundo para eliminar al primero. Al comunismo,
que no al pueblo ruso, esta labor ya la hacía muy bien el propio comunismo, lo
eliminó, sí, casi cincuenta años después.
El
pueblo, los pueblos llevan muchas años organizándose, luchando por su dignidad,
basta que un déspota, un enajenado, o un sistema económico, especulativo para
que se destruyan generaciones de laboriosa constancia creando un mundo más
racional y feliz para todos.
¿Cómo
andaba la geopolítica por los años 30?, El mundo había radicalizado sus
posturas. Desde 1927, poco antes del
CRAK, en Italia el fascismo sentaba sus reales. Poco después Hitler subía al
poder legalmente y táctica y sistemáticamente impone sus degradante sistema de
opresión y de eliminación de todo lo que no fuera, lo que él entendía por raza
aria. En Rusia, ya eliminados los soviets, Stalin continuaba sus purgas, hasta
incluso contra sus propios compañeros de lucha, entre ellos, kamenet, Zinoviev
y Bujarin, hasta quedarse solo. Troski, tampoco pudo escaparse de la ferocidad
de Stalin que no dudo en mandar al mercenario español Ramón Mercader, hasta México para eliminarlo.
Todos
estos pueblos fueron utilizados como carne de cañón para guerrear a favor de
tal o cual imperio El pueblo español, convertido en cobaya sirvió para el
sacrificio de unos y otros. Sufrió el bombardeo y los ataques del fascismo
italiano y alemán, mientras el petróleo americano nutria los tanques
franquistas. Los “demócratas” europeos
nos daba la espalda abandonados a nuestra suerte, para caer en manos del
despotismo soviético que sí, nos vendía deficiente armamento, pagado, nunca
mejor dicho, a precio de oro. Veinticinco toneladas que se desembarcaron en el
puerto de Odesa y todo para que en España, se impusiera la dictadura del
proletariado Sí, nos tomaron por
cobayas, pero nunca otro pueblo supo organizarse mejor y dar una
lección de nobleza y dignidad como lo hizo el pueblo español, organizando su
economía en su totalidad aunque en sitios puntuales, a pasear de los partidos
políticos de toda condición y de sus vergonzantes egoísmos.
©SALOMÉ MOLTÓ. Poeta y escritora de Alcoy,
Alicante, España
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
Realista, historia fiel,narrada desde vivencias cercanas, magnífica página que desgraciadamente estamos viviendo también en estos tiempos. La ambición del ser humano es voraz e inacabable.Así estamos dejando al universo, desarmado por la imprevisión, la indiferencia y la única meta de enriquecerse personalmente ,aunque el universo vaya deteriorándose y la humanidad indiferente pervirtiéndose en guerras, tratados, convenios espúreos y egoísmos discriminatorios. Tu mensaje, querida Salomé Moltó, es un alerta para quien sepa asimilarlo.
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