RIBOTROIDES DE MI VIDA
SONETOS SALVADOREÑOS
l.
INESPERADO
Que terrible
alegría es saber que muero
por la triste
agonía de llorar para existir
pero yo, sé que camino hacia el morir
con el soplo breve de un cielo de aguacero.
Me veo donde se
esconde aquel lucero
que ilumino las noches negras de mi sufrir
quiero ver la lluvia en su nuevo discernir
antes de avanzar, con tu luz llorar prefiero.
En la oscuridad del umbral tenebroso
yo sé que para mí, mañana será un gozo
en los yerros acuestas, de un brutal lamento.
Son ráfagas de tiempos escabrosos
y penas agonizantes sin remedios espantosos
que levantan resabios en tu fugaz viento.
ll.
“RABIETA”
El dolor
atraviesa mi vida incierta
y se apaga en una corriente violenta,
quizá es el caos que mata mi voz desierta,
y que vaga en espacios de hiel despierta.
¡Que me duele esta
tos ensombrecida!
por el injusto indiferente corazón humano
que yace en el interminable terror mundano
y por qué abate mi
tribulación estremecida.
¡Oh! golpes que embisten mi mortal querella,
son noches que mueren con la fugaz estrella
y con el sabor amargo de ajenjo, y villano.
Quisiera
liberarme de la eterna congoja,
volar con la brisa, y el fruto que la recoja,
y con pesar de llanto en la sombra tenebrosa.
lll.
“EL VIAJE”
El río corre veloz hacia la otra vida
y nos marca la hora de la muerte
con su falaz reloj de la noche inerte
alejando el anhelo en su atroz huida.
Con el alma destrozada, y la mirada perdida
en el breve camino
de la nefasta suerte
con torrentes agonías
que mi llanto vierte
en un cerrar de ojos su brutal herida.
Triste amargura en mis
días, y desvanecida
cicatrices que poblaron mis aflicciones
y con llanto esperando en la tumba elegida.
Adiós a mis años de pasión desmedida,
quizás mañana se alejen mis tribulaciones
marcando el espanto de mí sombra espavorida.
lV.
“DESPERDICIOS”
Son agonías que con el alma pregona
y tristes suspiros de un corazón herido
es el látigo que en mi carne ha hundido
y la embestida junto al dolor que asoma.
Yo siento en mí existir su cruel aroma
y una voz que
expande su hiel alarido,
acompañado con su llanto entristecido
se despide con tinieblas que ocasiona.
El hombre es
brizna cual viento arrebata
sin prevenir el futuro incierto que percata
aunque con el correr del tiempo colisiona.
Una mañana muere con la paz de su pecho
buscando inesperado
su camino estrecho
y se aleja con el azul de tu inmensa mañana.
V.
“PROMISORIO”
Hoy sólo
el valle, el rocío, y el camino
la brisa
constante y piedra esponjosa
el rocío,
el monte, y la montaña sigilosa
la bella
naturaleza, el rio y el destino.
El lecho, el pájaro, el cauce serpentino
donde vibra la noche quejumbrosa
y la tarde se aleja con su flor olorosa,
el agua, el musgo,
y el verso alejandrino.
¿Quién escuchara la voz de mi viento?
díganme ¿Dónde están las ilusiones?
que desaparecen en el surco de mis ojos.
¿Por qué se apagó
la voz de tu lamento?
amores fallidos, y terribles decepciones
que murieron en tus cielos tenebrosos.
©CARLOS RODOLFO ASCENCIO
BARILLAS, poeta y
escritor salvadoreño
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Un minuto de vida es una estrella, brillando en un cielo que infinito, nos mima, nos atrae, nos espera, pidiéndonos sonrisas por consuelo.....!
ResponderEliminarHermosísima colección de sonetos que me recordaron la maestría del gran escritor Rodolfo Virginio Leiro.El perfume inolvidable de las bellas poesías ,la justa palabra, la idea inmortal.
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