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AMANECERES
Camino hacia la eternidad
y dejo las noches de mis penas
con el dolor de tu pecho,
y la nueva primavera
que se asome vistiendo tus olores,
y la aurora corre añorando rubores
en un lecho de rosas,
y con flores espinosas,
porque son venenos que atraviesan
los ríos
de tus venas
navegando en mis tristezas
con mares de tu placer infinito,
y con mi dolor contrito
porque muere en la soledad
de tu atroz engaño,
y en la carne que recuerda
tu mente perturbada,
el sueño dormido,
y viviendo perdido,
con el silencio herido
de tu loco porvenir.
Yo veía el cielo cernir
y el viento que flotaba,
en tu tierno atardecer
y con el llanto interminable
que aumenta tu crueldad
y la paz perdurable,
que tortura mi existir.
Son océanos de abrojos
que dibujan tu terror
en las estrellas de tus ojos
que hieren mi sentir.
Son caricias de horror
que agonizan en tu vivir.
y en la ironía de tu soñar,
fenecen con mi esplendor
quizá es un extraño suspirar,
en los laberintos de placer
y con llantos de fulgor
de tu lejano despertar…
©CARLOS ASCENCIO BARRILLAS, poeta y escritor
salvadoreño
MIEMBRO DE ASOLAPO ARGENTINA
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