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HOMBRE
Yo puedo ver el ebrio sentir de tus lujuriosas
honestidades
y que se abre brecha con la boca de tus exiguos enredos,
y fijan las telarañas de tus manos en manantiales de
locura,
pero si se le entrega el corazón, asalta tus
sentimientos,
en el férreo trajín de los trenes, en la oscuridad de tus ojos,
y en el salvaje camino tenebroso de tus inhóspitas
esperanzas
y su voz es fatiga en tus moribundos sueños,
aquellos reflejos que pintan tus húmedas siluetas de
horizontes
aunque nací para ver las estrellas y pensar por ellas
y crecí con las yerbas de los acervos tiempos, muy lejanos
y las agonías con las perlas que arrastran tus pasiones.
Yo desde la colina, vi la hermosa mañana teñida de rabia
y los destellos inmutables de tu pecho, y deliquios
que aparecen con tus
incipientes estertores.
Yo espere los razonamientos de tus interrogantes,
tuve más preguntas que respuestas
y más penas de ubérrimas campiñas.
¿Qué es el hombre? ¿Quién explica lo que puede ser?
una máquina de monotonía lacerada por el oro,
su amor son las metas de los infelices destinos
y la mugre que se desgarra en las poblaciones de tu mente
y la nefanda mentira que aparece con sus veloces
emociones,
ahora que puedo ver lo que se ocultaba en las sombras
de tus desperdicios,
y las penas que sofocan el sudor de tu aliento,
quizás mañana pueda mirar el ominoso lamento
y la parsimonia que estremece las falencias de tus
feroces impulsos,
y el epatante gemido de tus inmanentes seducciones,
entonces puedo sentir el preludio,
en el firmamento de tus fugaces estrellas,
y en las luciérnagas planetarias de tus pensamientos,
quizás por eso somos el producto de tus íngrimos relojes
y la indormia razón de tus ignaros encantos,
así marcha el mórbido placer de tus tormentos.
¿Quién detendrá las tristezas de tus errores?
¿Quién exaltará la grandeza de tus inermes ilusiones?
y la encrucijada perfecta de la desolada mañana.
Yo soy parte del semen lábil de tus discordancias
y la luna plateada de tus sublimes marañas
y ahora comprendo que ser hombre, es ser infinito,
el extremo compuesto de extrañas sustancias
y aguas que nadan corrientes de tus inmensos océanos,
absoluta verdad que atraviesan mis venas
es y no es, son pero no son, viven y no viven
pero mueren en los cementerios de tus abismos…
© CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS, poeta y escritor salvadoreño.
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
Una varonil manera de pintar la enmarañada profundidad de la decepción del amor contrariado,un verdadero estudio de la compleja situación de una profunda decepción.El alma herida con las más profundas liviandades de la cruel indiferencia femenina.....!
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