EL CIRCO DE LA VIDA
Confieso que he quitado:
al espejo el narciso de mis días;
al calendario, los excesos de la vida
y al cotidiano andar: mis alegrías.
Tuve un fuego, una mesa, una familia,
un sueño de vino y copas vacías;
un insomnio procurando poesía
en noches de amor sin alegrías.
Confieso que he quitado
el cándido rubor de tu mejilla
el temblor primero de tu beso
y el ángel de una loca fantasía.
Confieso que he guardado.
Las risas felices de los niños
festejando al enano que lucía
de su bota la punta retorcida.
Y ahora que el circo se detiene
y no hay luces que apuntan al proscenio,
y el rugir de las fieras es un recuerdo
repartiendo el olvido por las sillas;
ya el blanco corcel y la écuyère
no muestran su orgullo
por la arena
ni el trapecio su balance aquieta
ni hechiza el batir de los redobles;
ni se oye al león que enflaquecía
al restallo del amo que fingía
el singular dominio en una queja
oculta por el gris de cuatro rejas.
Me duelen aquellos que se han ido,
los que emigraron quizá, hacia otras vidas.
Confieso fatalmente que no olvido
el rumor del aplauso y la alegría.
Cobraré por mis servicios al averno
para hacerme de un puñado de monedas
y volver alguna vez al viejo sueño
de comprar un circo que no duela.
Confieso que crueles me han robado:
el narciso, el andar y el calendario;
mi jarra de vino, la poesía
y este circo vivido con los años.
(C) NORBERTO PANNONE, poeta y escritor argentino.
MIEMBRO FUNDADOR DE ASOLAPO ARGENTINA
De un contenido impresionante,odas a las facetas de la vida.desgarro del sayo que nos cubre,desprecio de la vil hipocresía.Espejo del perfil crudo y humano....Así he sentido hoy, tu poesía!!!!
ResponderEliminarGracias querida amiga, tus comentarios son una luz que alumbra el camino cuando se pone escabroso y oscurece. mi barazo
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