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sábado, 26 de julio de 2025

UN NIÑO AHOGADO - Germain Droogenbroodt - Altea, Alicante, España

 








UN NIÑO AHOGADO

 

Amanece

dudando aún

los primeros rayos de sol

en la playa solitaria

acarician las olas el cuerpo

de un niño ahogado

para él, el amanecer

no encuentra ni esperanza ni vida.

 

GERMAIN DROOGENBROODTAltea, Alicante, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


CONSEJO A UN HIJO - Ernst Hemingway - EE.UU

 













CONSEJO A UN HIJO


Nunca confíes en un hombre blanco,
nunca mates a un judío,
nunca firmes un contrato,
nunca alquiles un asiento,
No te alistes en los ejércitos;
ni te cases con muchas mujeres
nunca escribas para revistas;
nunca te rasques la urticaria.
Pon siempre papel en el asiento,
no creas en las guerras,
consérvate limpio y aseado,
no te cases con las putas.
Nunca pagues a un chantajista,
nunca vayas con la ley,
nunca confíes en un editor,
o dormirás sobre paja.
Todos tus amigos te dejarán
todos tus amigos morirán
así que lleva una vida limpia y sana
y reúnete con ellos en el cielo.


ERNST HEMINGWAY - Berlín, 1931

Ernest Miller Hemingway fue un escritor y periodista estadounidense, uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX. Wikipedia
Nacimiento: 21 de julio de 1899, Oak Park, Illinois, Estados Unidos

Fallecimiento: 2 de julio de 1961, Ketchum, Idaho, Estados Unidos


DESPUÉS DE LA LLUVIA – Luis Alposta – Buenos Aires, Argentina

 











Luis Alposta / Dibujo de

Samuel Mallo López

 

DESPUÉS DE LA LLUVIA

 

Los árboles sueñan,

sus raíces beben del cielo

y enredan constelaciones dormidas.

 

Fijo mi vista en uno

donde germina el silencio,

y en una de sus ramas creo ver,

que una lágrima cuelga

esperando aprender a volar.

 

LUIS ALPOSTA – Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA


AL OTRO LADO NO ESTA LA NADA - Gloria Nistal - Madrid, España

 













AL OTRO LADO NO ESTA LA NADA


Al otro lado no está la nada,
al otro lado
sé que puede habitar
alguna tímida suerte
de esperanza.

Mi casa fue de nácar,
el lugar protector
donde mutaban lágrimas en perlas
hasta que las cuencas se agotaron.

En mi hogar florecieron
y gemelaron la alegría y la tristeza,
nunca tan estrechamente hermanadas.

Ahora me voy
y la dejo atrás,
o a un lado doloroso.
De mí se despiden
Junto a la palmera y las camelias,
los espacios macerados en paradojas.
Tengo que ver cómo resuelvo
El enigma de lo que me queda de vida.



GLORIA NISTAL – Madrid, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

PORQUE PODEMOS - Favio Ceballos - Baigorria, Santa Fe, Argentina

 










PORQUE PODEMOS


..."más allá de la intención está el tesoro de la persistencia y el esfuerzo."
Ricardo Ayestas Butler
___________________


Persiste en el esfuerzo la conciencia
Que teje hilo a hilo la esperanza
Y la alta devoción de la alabanza
Da nota celestial en la cadencia.

Al latido cordial de magna esencia
Humanidad despierta a la era manza
De trampas y de historia ahora descansa
Por El Divino Ser y en su Sapiencia.

El camino al infierno está plagado
De buenas intenciones... lo sabemos.
Para evitar el mal pues, trabajemos

Que aún el tiempo aciago no ha acabado
Y al Gran Cristo Jesús consagraremos
Alma y mundo en la Luz... porque podemos.



FAVIO CEBALLOS – Baigorria, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


YVY MARA EY * - Liana Friedrich - Villa Regina, Rio Negro, Argentina

 








YVY MARA EY *


Hombre de mi tierra:
sólo tú conoces
el calendario de la espiga.
Sangre de camalotal.
indio agreste y montaraz.
Nieto de las selvas,
hijo del pajonal.
Remontaste tus sueños
río arriba el Paraná....
hasta arribar a un paraje
de belleza virginal,
inmancillado, eterno...
libre de injusticias y de todo mal,
donde los vejámenes sufridos
serán sólo un recuerdo y nada más.

LIANA FRIEDRICH
Villa Regina, Rio Negro, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

* "Paraíso" en Guaraní .


APERTURAS… - Antonio Las Heras - Buenos Aires, Argentina

 













APERTURAS…


Tengo silencios llevo en la piel y la carne.
Retazos de recuerdos suturados con crueldad.
Atisbo visiones alucinadas, aborrecidas,
que nunca cruzaron la luz de las pupilas.

El Hades se me hace un sitio próspero,
ni oscuro, ni un castigo eficaz o tenebroso.
Este mundo está lleno de ilusiones posibles
anunciadas por el viento nocturno. Tangibles.

Las creencias se disipan a cada paso. Tenues.
Ninguno olvida, sin embargo, aquella seguridad
que dio una vez, tiempo ha, el cálido regazo.

Estoy soñando despierto durante este invierno.
El paisaje, leña seca y noches con estrellas frías.
De mi alma inquieta surge esta armonía.



ANTONIO LAS HERAS – Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

BUSCANDO EN LOS ESTANTES O CARGAR LA MOCHILA - Salomé Moltó - Alcoy, Alicante, España

 





BUSCANDO EN LOS ESTANTES O CARGAR LA MOCHILA

 

A veces pienso el tiempo que empleamos buscando cosas en los estantes de la biblioteca, libros cuadernos de vivencias, recuerdos y acontecimientos que, queramos o no, marcan nuestra existencia. Envejecer sera posiblemente ir cargando la conciencia, el alma, el cerebro, los sentimientos de una cantidad de cosas que tiempos atrás ni pensábamos que podríamos hacerlo, vivíamos y no le dábamos más importancia.

¿Qué es aquello que no veo muy bien en lo alto del armario? me decía cuando era yo el que lo había colocado.

Toda la tarde la pase haciendo la siesta y luego me fui a dar una vuelta por el jardín, con la gayata puedo hacer un recorrido y cuando me acerco a la valla de la casa de la vecina, que se pasa la tarde regando los geranios, me digo que soy muy afortunado, ya viejo pero todavía me puedo valer por mi mismo. Haber vivido aquellos tiempos de posguerra de hambre y represión, que con un poco de pan con chocolate almorzaba, pues no había más. Y el guiso de garbanzos y claro las lentejas que venían de Argentina.

Mi nuera vino ayer y resulta que mañana tengo que cuidar a mis nietos, me los traerá ella pues se va al norte a recoger a mi hijo, que como mecánico, va de una entidad  a otra reparando máquinas que algunas empresas no pueden cambiarlas por nuevas y mi hijo hace que funcionen un poco más de tiempo. Bien, eso le hace ganar un dinero extra que no viene nada mal.

La hipoteca del apartamento terminé yo de pagarla, pues él se quedo en el paro y las ayudas del Estado no soy muchas, claro que ahora como mi nuera tiene trabajo como enfermera, bueno asistenta de enfermería, dicen que se llama.

.- Abuelo, ahí tiene a los niños, la cena está en ese cesto, y para mañana el otro paquete, no tiene que guisar ni nada de nada, sólo cuídelos, voy a por su hijo, llegaremos muy tarde así que mañana comemos juntos.

.- ¿Y que hago, los baño, los acuesto y les canto una nana…?

.- Les gusta más el rok-and-roll.

 

SALOMÉ MOLTÓ – Alcoy, Alicante, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA                                                                                                

LOS DE LAS FILAS - Adrián Néstor Escudero - Santa Fe, Argentina

 




LOS DE LAS FILAS[1]

        A los que creen, o, al menos, a los que lo intentan… Y a los P. Edelmiro Gasparotto, presbítero santafesino (Párroco Iglesia Nuestra Señora de la Merced) y P.  Luis Martín, sacerdote uruguayo (Párroco Capilla “Belén – Bosque de Piriápolis). In memoriam… En particular, a la Prof. Lic. Liana Friedrich, Poeta e ilustre Reina de las Letras, y al Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón, Poeta y Pez Volador: fraternalmente unido a sus estirpes, en la vida para la Vida, de auténticos Trabajadores del Verbo.

    Ahora, en íntima parusía, lo descubro...

… UNO

   Al principio yo también estaba parado sobre el muro. Como alineado junto a las palmeras del boulevar marítimo que lo circunvalaban. El muro custodiaba la frontera de la costanera que rodeaba al mar de Piriápolis, en Uruguay. Y uno podía disfrutar de la mansedumbre de sus aguas salobres atenuadas por el contacto con los dulces torrentes que penetraban desde el Río de la Plata… El mar y el río amistaban de este modo a dos países que, históricamente, debieron ser uno solo… Pero los embates de la política y los intereses mercantilistas habían impedido que esa comunión natural se plasmara geopolíticamente… No obstante, esa Patria distinta en algunos aspectos y semejantes en muchos otros, era una gran amiga nuestra. Y los argentinos disfrutábamos de aquella antigua tradición de fraternidad entre los muchos pueblos de la América del Sur que iban, poco a poco, legalizando su independencia de ajenos poderes europeos… El mar y el río, puestos de acuerdo, nos hermanaban…

   Pero bueno; y claro, yo estaba de pie observando desde aquel muro costanero a los que, allá abajo, miraban a su vez -hacia la distancia- como extasiados y acodados unos a otros, como en fila, hacia el extremo horizontal del mar... Y hacia ese sol que maniobraba, con sabia lentitud, hasta el borde del abismo donde debía ocultarse en su siempre esplendoroso, secular ocaso, como una gigantesca moneda de oro cósmico… Entonces, cuando eso comenzara a suceder, los de las filas aplaudirían a más no poder ese portento celestial que se repetía día tras día y desde hacía millones de años, y lo seguiría haciendo hasta el final de los tiempos…

   Sí, aquellos eran… los de las filas… Y fue en ese contexto de ensimismada contemplación que, como un hijo de Febo, él (¿Él?) aparecería, más sin que nadie diera cuenta de su mesiánica presencia… Ni tan siquiera ellos, los de las filas …

   A mi detrás, y en tono de amable despreocupación veraniega, el otro gentío pasaba a mis espaldas como sin verme, parloteando y riendo; algunos discutiendo, pero todos bajo el tenue resplandor de ese bello atardecer de enero de 2003, pocos días después de haber cumplido yo unos atrevidos 52 años (ahora, navegando ya los 74) ... Sí, esos, los que pasaban detrás de mí -acodado siempre al muro y atento a la inminente caída del sol- eran como un flujo homínido paralelo al horizonte y hacia esos otros “esos” u hombres y mujeres -que integraban las filas, los de abajo- y que miraban y miraban, y no dejaban de mirar, plenamente arrobados, oteando la majestad de un paisaje que exultara frente a ellos como algo casi sobrenatural ...

… DOS

   Había sido un día cálido y muy agradable, con las gaviotas sobrevolando ya, a la hora del crepúsculo, los restos de las delicias con que, los de abajo, los de las filas, habían compartido aquella espléndida jornada junto al mar, y más aún antes de situarse sobre la porción de arena seca que quedaba -desafiando la marea-, en aquellas desalineadas pero expectantes filas de turistas bronceados, desnudos y satisfechos...

   A mis espaldas, había como un cerro o pequeña colina llamada El Toro, y, cada vez que me daba vuelta para repasar su hipérbole angulosa, venían de pronto a mi mente unos pensamientos que eran la perfecta antítesis de lo que mi mente gozaba admirando al mar…Pensamientos en forma de pesadas frustraciones, de cruces intelectuales y anímicas donde la contradicción entre proyectos y sueños humanos, y los inescrutables designios de Dios, se fruncían en cerrados interrogantes que, solo el tiempo y, de tanto en tanto, sabía disipar o develarme…

   (Hablo, por ejemplo, de lo que significara para mí la pérdida de la salud por haber encendido los motores cuando debí apagarlos un poco y a tiempo, y, como consecuencia de ello y de las reglas e intolerancia del negocio privado, la “discontinuación” que me sobreviniera, sin licencia médica previa y compasiva, y todo matizado por el contexto de un importante y amado trabajo docente y académico; y con el efecto “dominó” que, dicha circunstancia, me acarreara ahora tanto en lo espiritual como en lo material… Aunque después -después de Verlo- entendiera que, siempre que se pierde, se gana algo si es que uno sabe o se persuade en mirar la vida como misión y no como capricho, de vaso medio lleno y no medio vacío; aunque, a los fines de seguir peleando la santidad, esta última mirada por mostrarse menos condescendiente con nuestras flaquezas, fuera la más propicia para encarar utopías o mutables horizontes de ignotas alboradas...).

   Así que hubo un momento en que dejé de mirar hacia atrás... Y me pregunté qué es lo estaba haciendo, y me culpé de ser irracional al estar fustigando y alentando una desesperanzada forma de tentar a la vida… No obstante, quizás todo ello me llevó a descubrirlo… O mejor, a descubrir que ese Monte erguido con real prestancia frente a mi poquedad humana, era como una gran y arcana piedra mitológica que acababa de atravesar con mis pensamientos, hasta regodearme en las holguras de su masa granítica y electromagnética, y de un nuevo espacio-tiempo que habitar; y que, por ello, no tenía sentido recordar mi vida en negativo y con un pasado más o menos reciente, sino mirar, como aquellas gentes de las filas, mirar siempre hacia delante... Hacia ese Sol que se derretía bajo un horizonte azul plagado de pecas tan luminosas como rubias, pero alentando a todos con un “¡Volveré! ¡Mañana volveré para estar junto a ustedes, mis queridos devotos de las filas…”

… TRES

   Entonces, bajé las escaleras que se abrían en suave descenso y desde el muro de lacas y macetas donde estaba refugiado -en autocompasiva soledad-, hasta acercarme a él, al viejo y sabio mar, y depositar mis pies desnudos -mi arrogancia herida- sobre aquellas arenas -ora blancas como un campo nevado y ora doradas como un trigal recién estrenado-, sobre esa marea ora grumosa y ora acuosa -más en todo espléndidamente pacífica-, como poseído por los duendes de Atlántida que no dejan de habitar a un siempre hechizado atardecer de verano… Hacia la izquierda, otro mar, aprisionado al Puerto con su ojo de faro, pero de rocas también enredadas por el verdor de las algas que lo acariciaban, se unía al verdadero océano que palpitaba, serenamente, y hasta fundirse con los trazos rojizos y acelestados de esas, como estelas esmaltadas y combinadas por el flameante desfile de una aguerrida multitud de nubes dibujadas, es cierto, por el Gran Pintor y a la hora del ocaso... 

   Y fue cuando… lo vi. No sé si las demás gentes que formaban parte de las filas que yo había pasado a integrar, también lo vieron. Mi gesto de estupor fue eludido y desconocido por los demás… Ellos siempre persistiendo en acompañar a ese lento girar y descenso hasta el punto de encuentro entre el sol y el mar… Ellos, con su millar de cabezas ordenadas en filas disciplinadas por atrayentes butacas playeras. Por lo tanto, debo suponer que solo yo lo había visto aparecer; surgir de pronto, ahogando precisamente -y sin que ellos, desde las filas se percataran- el brillo su sol en el horizonte y tras los aplausos emotivos de las gentes que ocupaban, en la arena todavía ardiente, a aquellas filas humanas devotas de ese increíble ícono luminoso y estelar, dador de la vida misma...

   Pensé, claro está, que podía tratarse de un pescador cualquiera, porque aquello desde donde había descendido semejaba a una barca. Luego supuse también que podía tratarse de uno de aquellos intrépidos surfistas que asolaban ese recodo del mar, atenazado a ambos lados por las terminales montañosas de la cadena de La Ballena, sobre como esquirla rocosa de costa uruguaya capturado por la apacible ciudad de Piria. Pero los windsurf cuentan con tabla, vela, mástil y botavara a manera de simple aparejo, y no era aquello la verdadera forma de lo que había venido transportando al extraño hombre, cuya silueta, a medida que se aproximaba a la altura de mi fila, me resultara tan conocida…

   Sí, recuerdo que, al rozarme con su sombra, quedé como enmudecido (consternado)… Había terminado de separar mis manos del último aplauso que celebrara a Febo en su milagro de agonizar bajo las aguas para reaparecer como el Ave Fénix al otro día -pero redondo y glorioso desde sus entrañas de misterio escarlata y nuclear-, cuando aquel hombre joven, de mirada tierna y figura tan cetrina como esbelta, pasó a mi lado... Sonriendo, me miró (sólo a mí, no sé por qué, puedo jurarlo), y con sobrenatural dulzura pronunció mi nombre sin abrir los labios: sus palabras fueron tan claras y suaves resonando en mi mente (y no eran mis pensamientos, insisto; puedo jurarlo), por cierto, digo, tan claras y suaves como enigmática su esbelta figura semita y de cetrina mirada... Luego dijo, como en un susurro de paloma en celo: “Me siento muy feliz, querido amigo. Muy feliz porque he podido constatar que, ustedes, al menos, los de las filas, han intentado asomarse desde una carne frágil, una conciencia recta y los ojos del alma, hacia los albores de la eternidad... Pues cuando el ocaso cierra una ventana, otra se abre en el umbral secular…”.

EPÍLOGO  

   Arriba, un tropel humano desentendido del milagro natural que los de las filas habían aplaudido, seguían atrapados en sus destinos de negocios, celulares, computadoras y preocupaciones empoderadas por una llamada Inteligencia Artificial, como creyendo bastarse solo a sí mismos. En tanto que, los de las filas, ni bien el sol se derrumbó manso y paciente en ese punto donde el mar se abraza con el cielo, se saludaron tan amables por haber compartido aquel rito diario y consecuente, que yo también me hermané con ellos, y me distraje…  Y quizá por esto Aquel hombre se perdió, como un Gran Desconocido, entre la multitud de los que caminaban insomnes desandando las baldosas geométricas alquiladas al muro costanero, y se elevó tras el Monte aquel persiguiendo un racimo de gaviotas vagabundas y subrayando al lánguido horizonte crepuscular…

   Lo cierto es que, y en consecuencia, aquel Monte o Cerro a mis espaldas que tanto había turbado mi ánimo, y opuesto como era en su comba soberbia, al moroso y plano deslizarse de la arena junto al océano de Piria en vespertina calma, pues ya no me pareció una montaña de problemas irresueltos, sino sólo eso: un sublime ejemplar de la naturaleza donde quizás aquel hombre callado y barbijo, dulce y sereno, de piel tersa y cetrina, y larga y negra y esbelta cabellera, y una túnica rústica cubriendo su desnudez encarnada, como un primogénito de las Alturas, como un príncipe de las Asturias, salado sus pies por el Cantábrico en busca de su Madre Covadonga, como un peregrino más atravesando el Pórtico de la Gloria de la medioeval Catedral de Compostela, abismado en suspiros propios y ajenos junto a los bruscos acantilados del Cabo Finisterre, surcara luego en bote los atlánticos mares de estas tierras evangelizadas en intrépidas auroras, para elevarse aquí también y desde el Cerro de Piria, hasta su Padre… Y, en aquella piedra grumosa (como el error), monolítica (como la ignorancia) y ancestral (como los pecados del hombre), se dispuso orar, rezar como en otros tiempos y en otras Peñas santas, allá, en su Galilea natal, y en el Monte Sinaí donde proclamara sus felices Bienaventuranzas, ya fatigado en su humanidad de ayuno y oraciones, o transfigurado en Gloria junto a sus amados profetas mosaicos, pero siempre y junto a los de las filas… a la caída del sol.

   (A lo lejos y hace tiempo, pude verlos… A ellos también, como a nosotros, los de las filas de hoy… Mirando al verdadero Sol ausentarse en la montaña… Y ser parte de aquella muchedumbre alimentada por el increíble milagro de la multiplicación de unos pocos panes y unos pocos peces, y puestos en filas, en firme vigilia y fiel espera del nuevo Amanecer, y como los que nada pueden sin el aliento y alimento hospitalario de Quien sabe darnos todo sin esperar nada a cambio… Solo que estemos en las filas de la bondad, la belleza y la verdad verdaderas, pues, no nos salvamos solos sino en racimo…).

 

ADRIAN NÉSTOR ESCUDERO – Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA



[1] ADRIÁN N. ESCUDERO - Piriápolis (Uruguay): 17-01-2003. Texto ajustado Santa Fe (Argentina): 11-04-2003 y 18/20 Julio 2025: Celebrando el DÍA DEL AMIGO (Argentina y Otros Países): 20 JULIO 2025.

 


ASOMBRADA - Marian Muiños - España

 


ASOMBRADA

 

No fue sino hasta que vi a mi sombra desprenderse de mis plantas, que comprendí cuánto tiempo llevábamos juntas sin dirigirnos la palabra, el gesto o la mirada.

En esos días sofocantes de verano – en los que respirar era en sí mismo un acto heroico que desafiaba a la humedad pegajosa del ambiente, a la opresión de la presión atmosférica, maloliente y contaminada por los desechos químicos-, en esos días yo buscaba afanosamente la umbría de la fronda de algún árbol, de una pared, de una columna, o de un delgado poste… o, tan siquiera, la de una silueta ajena, para evitar que el sol me calcinara, me carcinogenizara la piel, para que no me hirvieran las neuronas, en un caldo de pensamientos lúbricos ni acuosos, para que mis ojos no alucinaran espejismos psicodélicos.

No me afligía que ella quedara o no expuesta al oprobio de un verano infernal.

No me afligía… porque ni siquiera la miraba.

Pero ella, sin duda, se recostaría en mí antes de que el meridiano reinara en su apogeo, y durante el segundo de la coronación solar, ella me contendría como un estuche hecho a mi perfecta medida.

Al atardecer se me haría mi humilde y prolongado espejo neutro, reverenciada ante mí, o a mis espaldas.

Ahora que intento suponer lo que soslayaba, ahora me pregunto qué haría mi sombra bajo el perfil pesado de los muros.

Tal vez fuera entonces cuando germinara su idea de abandonarme, de cortar nuestra relación tan dependiente de la luz o de la oscuridad.

Pero mi sombra –lo sé ahora- a mí sí me observaba.

No sólo me observaba, sino que me presentía y vibraba con la cuerda floja de mi falta de cordura.

Mi sombra también se dejó llevar por la palabra profana: la que promete y no cumple, la que abomina del rito sacrificial cuando llega la hora de la entrega.

Mi sombra tocaba el cielo… hasta que el abismo de la tristeza se abatió sobre mí y la hizo descender hasta el Hades.

¡Pobre Sombra!, tan frágil e incorpórea.

¿Cómo pudo enfrentarse con mis miedos?

El amor, el desamor, la vida y la muerte y todos los opuestos que me ofuscaban.

Ella todo absorbía, resolvía, absolvía.

Y era así que yo lograba transitar ese verano, atravesando toda nube de tormenta arrepentida; nube irredenta que se negaba a refrescarme con sus lágrimas.

Mientras mi sombra compartía mi destino, más consciente de mí, que yo de ella.

No fue sino hasta que vi su contorno desprenderse de mis plantas, que comprendí que ella tomaría otro camino.

Entonces fui yo la penumbra de mi sombra y la seguí, agazapada, bajo la luz de la luna llena.


© MARIÁN MUIÑOS – España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


sábado, 19 de julio de 2025

OLVIDO - Norberto Pannone - Buenos Aires, Argentina

 










OLVIDO


Amo las infinitas tildes
que sobre el olvido puse.
Remembranza necia,
avatar en un trópico neutral;
acto sideral de la memoria
que guarda el perfume del septiembre
y sutura la herida cuando sangra
derramando la lejía del olvido.
Fruto de la parra sin simiente,
ciega mariposa entre las sombras.

Sobre las hojas del cuaderno puse
detalles de las horas de mi ausencia
por el árido país de la memoria;
simulando en sus renglones indecentes
las grotescas llanuras de mi tiempo.

Amo la lujuria del olvido
única pasión que no deshonra.

Amo la lámpara sin llama
y el libro que exhibo sin sus hojas.

Amo el aroma del descuido,
el himen de la mujer que quise
y el beso virginal de aquellas horas.

Soy un osado verdugo de abandonos
sin temor a la justicia del recuerdo.

Amo las infinitas tildes,
que alguna vez, 
con crueldad, le sustraje a mis apuntes…


©NORBERTO PANNONE
, poeta y escritor argentino

del libro: “Por los soles y lunas de abril”, ed.2002. Derechos reservados.

TRINCHERA - Jorge Luis Borges – Buenos Aires, Argentina, 24 de agosto de 1899 -Ginebra, 14 de junio de 1986.

 



 

 




TRINCHERA

Angustia.
En lo altísimo una montaña camina.
Hombres color de tierra naufragan en la grieta más baja.
El fatalismo unce las almas de aquéllos
que bañaron su pequeña esperanza en las piletas de la noche.
Las bayonetas sueñan con los entreveros nupciales.
El mundo se ha perdido y los ojos de los muertos lo buscan.
El silencio aúlla en los horizontes hundidos.


JORGE LUIS BORGES – Buenos Aires, Argentina

Este poema, nos dice Andrea Imaginario, forma parte de la etapa ultraísta de Jorge Luis Borges. El ultraismo fue un movimiento muy breve y el propio Borges acabó por renegar de él. Sin embargo, testimonios han quedado de la producción de este período del autor, que recibió también la influencia del expresionismo. Es el caso del poema Trinchera, en el que se percibe la angustia bélica y el fatalismo.

NO – Luis Alposta – Buenos Aires, Argentina

 



 

     





NO


Lo que vendrá será
un tiempo de rostros sin nombres
y de cifras.

Lo que vendrá ya empezó.
Tiene el gesto blindado
y la sonrisa vacía.
No pregunta, ordena.
No mira, escanea.
No escucha, mide.

Lo que vendrá traerá
voces neutras e impostadas,
maquillando al horror.

Pero tal vez,
si alguna memoria sin precio
-donde sea, quien sea-
dijese que no,
ese no,
será lo último
que nos quede
de humanos.



LUIS ALPOSTA – Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

KUKULCÁN - Gloria Nistal - Madrid, España

 













KUKULCÁN


Kukulcán me hizo viento
y llegué con sus plumas
a vislumbrar los océanos.

La mano de Kauil
plantó semillas en la tierra
y florecimos
hombres, mujeres
y el resto de seres vivos
de distinta condición.

Nüwa hizo lo propio
al otro lado del mundo
y rellenó el agujero del cielo
y ofreció su cuerpo
para frenar las inundaciones en la tierra.
Así pudimos crecer y multiplicarnos.

Odín me introdujo en los secretos
de la magia y la poesía.
Hoy le canto agradecida.
Sashet, la señora de la casa de los libros,
acompañó mis dedos
para trazar y descifrar íntimos glifos.

Yumayá me visitó en el mar
y allí recibí y escucho atentamente
el mensaje de sus conchas.

Asese ya, insobornable,
me aferra a la tierra
de donde procedo
y a donde siempre vuelvo
y volveré.

Gracias a Sarasvati escuché
embelesada las melodías blancas
de la vina
y con ella disfruté de la música,
y de las claves
de la matemática y el corazón.

Y Afrodita, ¡Ay, Afrodita!
la más arcana y cercana,
la amada y amante por los siglos.
Mientras Dios, Yaveh y Alá,
los dioses monolíticos,
imperan con fiereza en sus tronos justicieros,
ella apuntaló su espejo frente a mí
y la amé
y la amo desde la pubertad
con la fuerza de una catarata.


GLORIA NISTAL – Madrid, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


EL RELOJ DE LA VIDA - Rodolfo Leiro - Buenos Aires, Argentina

 








EL RELOJ  DE LA VIDA


El corazón regula la vida que nos ata
a un lapso indefinido de ledo y desventura,
desde el ciclo que arranca tu módica aventura
a la campana queda que tu final desata;

comienza ya tu pulso el ritmo en escarlata,
tu fiebre de los besos, de lúcida ventura
y vuelcas en tu mundo de lúdica ternura
la grácil ceremonia, la dulce cabalgata.

Y de pronto comprendes que apaga tu fogata,
comienza su naufragio tu lírica fragata
y se termina el mundo glorioso de tu tiempo;

acaso lo que queda, será tu enorme ejemplo
en el concilio pleno de tu armonioso templo.
Y lo demás, mi amigo, te lo ha llevado el viento.

 

RODOLFO LEIRO – Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO FUNDADOR DE ASOLAPO ARGENTINA

Aporte de nuestro Miembro Honorífico Joseph Berolo - Bogotá , Colombia


¿SOMOS? - Antonio Las Heras - Buenos Aires, Argentina














¿SOMOS?

Al fin, no somos nosotros;
sino el resultado de ellos
y nuestro resultado no es el nuestro.
Así, el cielo es azul
porque ellos lo dispusieron,
pero podría ser negro
y nosotros no lo vemos.
Soy solitario por naturaleza
y no de la Naturaleza
pues ella siempre me acompaña.
Nos resulta imposible
lo que han determinado
Y nuestro posible, para ellos,
ya es un juego acabado.
Ayer morí
Lo dispusieron ellos.
Pero no es así;
porque estoy aquí,
escribiendo...



ANTONIO LAS HERAS – Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA




LÁGRIMA EN VUELO - Favio Ceballos - Baigorria, Santa Fe, Argentina

 













LÁGRIMA EN VUELO


"El trino de un jilguero me acompaña al compás de los latidos... añoranzas"

Aristeo Morales Galindo


Su cantar se construye con el vuelo.
La sensación de todo lo perdido
me vuelve a la certeza de haber sido
Un pájaro en el aire un claro anhelo.

El golpe de sus alas quitó el velo
Y acude la memoria a lo exigido
pues doy el paso en verso convencido
Que en la rama se posa del ciruelo.

La dimensión frutal del mediodía
Me vuelve juvenil, sin tiempo... canto
Un poema que cae sobre la hoja

Él sustenta el presente en alegría
Transmutando el pasado de gris llanto
Y la lágrima en vuelo ya no moja.



FAVIO CEBALLOS – Baigorria, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

CATARSIS EN EL ABISMO DE LA SOLEDAD - Clotilde Soriani Tinnirello - Rawson, Chubut, Argentina

 











CATARSIS EN EL ABISMO DE LA SOLEDAD


A veces el misterio de la vida
reflecta el paraíso del amor,
el mundo sin amor no existiría,
sería un páramo inhóspito,
materia inerte sin evolución.

El silencio del erial sombrío
único morador en la infinitud
de la increada matriz existencial
deshumanizada, sin mieses, sin alma,
sin prncipio ni fin, la nada misma.

Siento un misterio sin milagro
en el laberinto vacío de mi corazón
que cercenó mis idílicas galas
y no pude volar hasta él con el destino
que desangra en el abismo de la soledad.

Yace aquí la última poesía inédita
que subsiste en el desierto del amor
que soñara vivo para siempre,
sola ahora soy una errante golondrina
divagando en el frágil aleteo final.

Más sé que llegaré a su estrella
para reencontrarme con él
con el alma en panselinos de luz
entre los espirituales destellos
de la cósmica paz celestial.


CLOTILDE SORIANI TINNIRELLO – Rawson, Chubut, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

LOS LIDERES QUE LLEGAN - Salomé Moltó - Alcoy, Alicante, españa

 




LOS LIDERES QUE LLEGAN

Opinión


Nuestra sensibilidad ciudadana esta empezando a detectar algunas de “ las serpientes sociales”, que al igual que las “serpientes veraniegas” los medios de poder nos están lanzando para conducirnos y configurar esta sociedad boba y complaciente en un gran número de sus miembros.

Ya estuvieron probando cuando las manifestaciones a favor del concejal  asesinado por ETA, al sacar a la calle tanta gente con las manos  pintadas en blanco. Había una cierta aceptación  También al cerrar un periódico como el EGIN arbitrariamente y por decreto se elimina un opositor. Al mismo tiempo y de forma  sistemática, se dan golpes de fuerza o se lanzan conceptos, tácticas  o estructuras para manipular de forma suave a toda la población en general y sin ninguna oposición, ya que toda la izquierda oficial anda tras el caramelo del poder y ve la sociedad cada vez con más miopía. ¡Qué invento eso de la política¡

 Me decía una profesora que es muy importante  “el lider”. Perdón, ¿cómo dice?. “Sí, de esta forma los niños escogen un lider lo siguen y al formar grupos estos niños aprenden más porque se sienten estimulados”. No quise oír más pues el terror que suponen estas palabras va más allá de cualquier reflexión inmediata. Que lo diga una maestra, o sea una preparadora de futuros ciudadanos es algo que puede producir un infarto.

Pues no, es real como la vida misma. Estamos en pleno gobierno derechista y una de las últimas estrategias es la formación de lideres. Volver a estirar un poco más la pirámide a fin de que ya desde la infancia el lider lo sea y se sienta en toda su plenitud. Psicológicamente  vamos a asistir al desarrollo de una floración de idiotas ya preparados desde los colegios. El más bruto, el más extrovertido o el más ocurrente será el lider a condición de ser el hijito querido de D. fulano o de D. mengano. Los valores de solidaridad, de equidad y de justicia se irán a paseo. El derecho de igualdad de oportunidades, que aun no habiendo sido nunca cierto por lo menos en ciertos momentos se podía apelar a ellos, desaparece por orden y gracia de una derecha bien sentada sobre los cimientos de una izquierda oficial corrompida y traidora y otra  izquierda real acosada e injuriada cuando no anulada en todos los medios oficiales y de difusión

La falacia toca su punto más álgido cuando se intenta explicar que existe el  lider natural y que la sociedad  lo único que hace es apoyarse en este aspecto antropológico Así ya en las notas de locura más elevadas, vamos a elaborar lideres desde los colegios, seguramente bajo orden y voluntad de otros tantos “lideres” como el poder nos hace sentir y obedecer. Porque este es el quid de la cuestión, para que el lider lo sea tiene que contar con la aceptación de los demás y en que le obedezcan. Así que el debate queda abierto.


SALOME MOLTÓAlcoy, Alicante, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE AOLAPO ARGENTINA