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viernes, 11 de marzo de 2022

LA CODICIOSA Y GUERRERA CORRUPCIÓN, Adrián Néstor Escudero, Santa Fe, Argentina

 



LA CODICIOSA Y GUERRERA CORRUPCIÓN[1]

“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan…” (Erich Hartmann).                                                        

 

Recientemente, el escritor argentino Jorge Bernabé Lobo Aragón, elaboró un preciso, ajustado acto reflexivo[2] acerca del cáncer social que significa la corrupción.

Cuando el Buen Jesús enfrentaba a ciertos personajes de la época que derivaban en conductas aberrantes para el pueblo judío, llamaba a estos "sepulcros blanqueados" o hipócritas; blancos por fuera y llenos de podredumbre por dentro.

Blancos en modo maquillaje, el mismo que usan los llamados "diplomáticos" de carrera o de oficio para "negociar" Verdades verdaderas y en este mundo de lobos[3] planificado por los amargos Señores del Poder Mundial, disfrazados de corderos en nombre de la libertad o de la "legítima defensa". O el nuevo nombre de la codicia planificada. Concepto caduco acuñado en tiempos de Santo Tomás de Aquino, y que Juan Pablo II tildara de arcaico e indefendible en su desviación guerrera.

En tanto, incluso, hay gente y “entidades” que medran con el tema de la “Paz” y hacen de ella una industria para su propio beneficio, así como otros lo hacen con la infausta Guerra, venga esta de donde venga. Y todo porque parece ser que, en este Mundo, “nada es verdad ni mentira, y todo es según del color del cristal como se mira” (Ley Campoamor)[4]. Quizás por ello, el Buen Jesús alertaba a sus discípulos con una sentencia intrigante: “Ustedes están, pero no son del Mundo” (Jn 15-18-21).

Una fachada de legitimidad expuesta incluso en rimbombantes instituciones internacionales (sí, acertó, esas), que son coaptadas en sus malversados procedimientos y acciones (la más atroces: sus Guerras frías y calientes) por los secuaces del Mal y llenos del fango avaro y ominoso por dentro... Y, de esto, hace ya más de dos mil años...

De hecho, es cierto que, desde a.C., la vileza de la corrupción (que trasciende a cualquier ideología –sistema de ideas- o instrumento filo-sociológico, pues no se trata de “política” como “arte de lo posible” –en tanto la supervivencia es el arte de lo necesario-[5], sino de profunda, humana y divina espiritualidad) era sobre todo la que practicaba la clase reinante y también la consultiva de los sectores del Poder Mundano (de aquellos que integran el Círculo Rojo Diabólico desde su perverso "amor" al Poder, contrario sensu a los que practican el poder del Amor)...

... En todos los casos refulgían las flamas de la codicia, la mentira, el odio, la difamación y la concupiscencia, como faros que guiaban el descontrol[6] hacia el cual, los Imperios, terminaban cayendo y colapsando.

Hoy día, los que colapsan son las Repúblicas y las Democracias: proyectos institucionales de acuerdos de convivencia[7] arduamente formulados y consentidos, pero que terminan minados (y valga el necesario sonsonete) por el desapego a la ética (buenos principios) y a la moral (buenas costumbres), y que deberían acreditarse sobre la base del incuestionable precepto de la Dignidad Humana. Dignidad Humana que debe relacionar social y espiritualmente a todos los hombres que se tilden de buena voluntad; es decir, aquellos que no piensan en mezquinos intereses sino en desprendidos servicios teórico-prácticos al Bien Común.

En tal sentido, reflexiones como las del apreciado Jorge Bernabé Lobo Aragón y situados prima facie en un insoslayable, desgraciado accidente ferroviario en Argentina (la denominada Tragedia de Once; pero que en la actualidad puede ejemplificarse en las virósicas acciones abortivas malthusianas y guerras internacionales programadas, tanto por Occidente como por Oriente), son un acto de Luz, de claridad en las tinieblas a la que estamos sometidos como nunca y actualmente, por una propia o extraña necedad: la de ese Hombre que no termina de evolucionar como tal, desoyendo -en su dura cerviz pecaminosa e ignorante- al clamoroso testimonio de Amor Ofrenda procurado por el mismo Dios hecho tal, y letalmente crucificado en su carnal y misericordiosa visita a la Humanidad.-


©ADRIAN NÉSTOR ESCUDERO, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINO



[1] ADRIÁN N. ESCUDERO - Santa Fe de la vera Cruz, Argentina. Publicado el 27/28-02-2022 en Página de Autor FACEBOOK y en el Grupo Literario FACEBOOK "AMIGOS DE LAS LETRAS RAFAELA" - Responsable: Lic. Prof. Liana Friedrich, Presidenta Club de Leones de Rafaela y Ciudadana Ilustre de dicha ciudad argentina).-

 [2] Artículo "La Corrupción - La Tragedia de Once - Diez Años" (22-02-2022). Publicado en Facebook y Email.

 [3] Arrieta, Ever - Bachiller en Filosofía (2009) por la Universidad Nacional de Costa Rica; máster en Historia, Relaciones Internacionales y Cooperación (2013), en Traducción y Servicios Lingüísticos (2015) y en Multimedia (2017) por la Universidad de Porto.): Artículo “El hombre es un lobo para el hombre (homo homini lupus”: frase de Thomas Hobbes – Obra El Leviatán (1651), empleada para referirse a que el estado natural del hombre lo lleva a una lucha continua contra su prójimo. Sitio: https://www.culturagenial.com/es/el-hombre-es-un-lobo-para-el-hombre/

 [5] Bersain, Carlos Sánchez – Sitio: https://www.infobae.com/america/opinion/2020/08/16/si-la-politica-es-el-arte-de-lo-posible-la-sobrevivencia-es-el-arte-de-lo-necesario/.-

[6]  Arrieta, Ever, op.cit. “(…) La frase de Hobbes (op. cit. - homo homini lupus: el hombre lobo del hombre) (es) una metáfora del animal salvaje que el hombre lleva por dentro, siendo capaz de realizar grandes atrocidades y barbaridades contra elementos de su propia especie. Algunas de esas acciones son dirigir guerras, practicar exterminio contra un grupo social, realizar atentados, asesinatos y secuestros, someter a otros individuos a la esclavitud, tráfico ilegal de personas, etc. (…)”. Ver Cita 3.-

 [7] Ibidem: Explicando el pensamiento de T. Hobbes, Ever Arrieta (op.cit.) infiere que “(…) la paz y la unión social pueden ser alcanzadas cuando son establecidas en un contrato social, en el que se define un poder centralizado que tenga la autoridad absoluta para proteger a la sociedad, creando una comunidad civilizada (…) (sobre la base) de normas morales y leyes a las que están sometidos y deben cumplir los individuos: este contrato otorga a cada persona derechos y deberes, a cambio de abandonar la libertad absoluta que posee en estado natural, y a fin de asegurar su sobrevivencia en la sociedad” . Sitio: https://www.culturagenial.com/es/el-hombre-es-un-lobo-para-el-hombre/.

 

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