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sábado, 26 de octubre de 2024

SAMUEL MALLO LÓLPEZ... y 28 retratos - Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 








         Si bien Samuel Mallo López ha sido, ante todo, un reconocido y talentoso pintor, hoy quiero resaltar lo que ha sido también como dibujante y retratista. Me refiero, en particular, a los retratos que le “mangué” una tarde de verano de 1975.

La de los 28 patronos de la Academia Porteña del Lunfardo.

            He visto como Mallo López los “dibujaba”. Ninguno de estos retratos le demandó más de cinco minutos. No necesitó más que tinta china en barra -que tiempo atrás, y a su pedido, dado que aquí no se conseguía, le traje de España-, un poco de agua y, en lugar del pincel, "una torunda". 

          Cuando los terminó, los hice enmarcar y en agradecimiento y homenaje, durante una semana los expuse en las vidrieras de la Casa Escasany (esquina de Perú y Rivadavia), en la que, por entonces, funcionaban las oficinas de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones

          Más tarde, le dediqué este soneto, escrito en una servilleta de sobremesa. Fue el 5 de abril de 1975:


A SAMUEL MALLO LÓPEZ

Aquí en la Boca, entre los escalopes
el salamín, el vino y el gruyere,
ensayo este soneto, o lo que fuere,
pensando en el amigo Mallo López.

Con su arte y su talento, nunca al bardo,
laburando con miga* o con grafito,
él te hace un bailarín o un compadrito
dejándolo perplejo al más lunfardo.

Y ya que es noche de amistades lungas
(sin recurrir a alardes o sandungas),
en esta mesa de olvidados platos

donde el churrasco es duro y blando el gesto,
los lunfas te decimos sólo esto:
¡Gracias viejo Samuel por tus retratos!


* Realizaba pequeñas esculturas con miga de pan, a las que llamaba "migacotas"- (tengo algunas)


LUIS ALPOSTA - Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

YO VIVO Y MUERO - Luise Labé, Francia

 








YO VIVO Y MUERO



Vivo y muero a la vez, me ahogo y quemo;
alterno el frío con la calentura;
y es mi vida, tan plácida y tan dura,
tedio mezclado con un gozo extremo.
Lloro y río a la vez, confío y temo;
en mitad del placer sufro tortura;
mi bien se va, mi bien jamás perdura;
y me seco y doy flor, oro y blasfemo...
Así inconscientemente Amor me lleva,
y, cuando pienso estar más desolada,
salgo, de pronto, de la pena nueva.
O creyéndome cierta de mi dicha
y en lo alto de la hora más deseada,
Amo, vivo y muero a la vez, me ahogo y quemo;
alterno el frío con la calentura;
y es mi vida, tan plácida y tan dura,
tedio mezclado con un gozo extremo.
Lloro y río a la vez, confío y temo;
en mitad del placer sufro tortura;
mi bien se va, mi bien jamás perdura;
y me seco y doy flor, oro y blasfemo...
Así inconscientemente Amor me lleva,
y, cuando pienso estar más desolada,
salgo, de pronto, de la pena nueva.
O creyéndome cierta de mi dicha
y en lo alto de la hora más deseada,
Amor me vuelve a mi anterior desdicha.

LOUISE LABÉ – Francia  (1524-1566)

Perteneció a la Escuela Lionesa del Renacimiento y recibió entre otros muchos apelativos el de la «Safo de Lyon», por la ciudad donde nació, y la «Bella Cordelera», por ser hija y estar casada con hombres de esa industria. Se conocen muy pocos datos sobre su vida e incluso algunos críticos han llegado a especular que fue más una invención del grupo poético al que perteneció. Su obra se centra en tres Elegías escritas al estilo de Ovidio y 24 sonetos muy conocidos que ensalzan la pasión de la mujer con un alto grado de erotismo y en un tono que rememora a Petrarca y el Neoplatonismo. Son conocidas también dos breves obras en prosa.

JE VIS, JE MEURS... Je vis, je meurs: je me brule et me noie. J’ay chaut extrême en endurant froidure: La vie m’est et trop molle et trop dure. J’ai grands ennuis entremêlés de joie: Tout à un coup je ris et je larmoie, Et en plaisir maint grief tourment j’endure: Mon bien s’en va, et à jamais il dure: Tout en un coup je seiche et je verdoie. Ainsi Amour inconstamment me mène: Et, quand je pense avoir plus de douleur, Sans y penser je me trouve hors de peine. Puis, quand je crois ma joie être certaine, Et estre au haut de mon désiré heur, Il me remet en mon premier malheur.

VIVO Y MUERO A LA VEZ... Vivo y muero a la vez, me ahogo y quemo; alterno el frío con la calentura; y es mi vida, tan plácida y tan dura, tedio mezclado con un gozo extremo. Lloro y río a la vez, confío y temo; en mitad del placer sufro tortura; mi bien se va, mi bien jamás perdura; y me seco y doy flor, oro y blasfemo... Así inconscientemente Amor me lleva, y, cuando pienso estar más desolada, salgo, de pronto, de la pena nueva. O creyéndome cierta de mi dicha y en lo alto de la hora más deseada, Amor me vuelve a mi anterior desdicha.


UN ANDRAJO DE SOL… Norberto Pannone, Buenos Aires, Argentina - Traducción al gallego y al ingles: Marián Muiños, España

 











UN ANDRAJO DE SOL…


Sólo un mendrugo de luz queda flotando
en agónico cielo ya sin brillo.
Se está yendo la tarde,
como opaco trazo de poeta
pecando sin palabras, ni destino.
Abatido al final de otra tormenta.
Allí, hacia el Este van los negros
nubarrones del estío
y en frágil sangría tempestea
un eólico soplo que resbala
por la suela gastada del olvido.
Agónico heraldo hacia el Oriente.
Viejo y atónito rumor estremecido
que escapa con su miedo pavorido
del canto de los pájaros que esperan.
Hay silencios de truenos que han partido
cabalgando en el rayo del descuido.
Final del pendenciero refucilo
que vela la foto del suspiro.
Me cuelgo en los colores curvilíneos
y con la séptima cuerda
del arcoíris penitente, me suicido;
sin lazo, sin soga, ni correas;
casta travesura de otro niño
que deshonra con hambre su quimera.



NORBERTO PANNONE- Argentina


UNHA ALDRAXE DE SOL…

Só unha codia de luz queda flotando
nun agónico ceo xa sen brillo.
Está a irse a tarde,
como un opaco trazo de poeta
pecando sen palabras, nin destino.
Abatido ao final doutra tormenta.
Alí, cara ao Leste van os negros
nuboeiros do estío
e en fráxil sangría tempesta
un eólico sopro que escorrega
pola sola gastada do esquecido.
Agónico heraldo cara ao Oriente.
Vello e atónito rumor estremecido
que escapa co seu medo arrepiantiante
do canto dos paxaros que agardan.
Hai silencios de tronos que partiron
cabalgando no raio do descoido.
Final do rifador relampo
velando a foto do suspiro.
Cólgome nas cores curvilíneas
e coa sétima corda
do penitente arco da vella, suicídome;
sen lazo, sen soga, nin correas
casta trasnada doutro neno
que deshonra con fame a súa quimera.


Autor: Norberto Pannone - Argentina
Traducción ao galego: Marián Muiños - España



A RAG OF SUNSHINE...

Only a crumb of light remains floating
in an agonizing sky, already dull
The afternoon is fading
like the opaque trace of a poet
sinning without words or destiny.
Downed at the end of another storm.
There, to the East go the black
summer storm clouds, while,
in a fragile blooding, the wind tempests
an aeolian blow that slides
along the worn sole of oblivion.
Agonic herald to the East.
Old stunned shuddering rumor
that escapes with its terrified fear
from the song of the waiting birds.
Silences of thunders have departed,
riding on the ray of neglect.
It Is the ending of the rowdy lightning
that veils the photo of the sigh.
I hang on the curvy colours
and with the seventh string
of the penitent rainbow, I commit suicide;
no loop, no rope, no straps;
chaste mischief from another child
who hungrily dishonors his chimera.


Author: Norberto Pannone - Argentina
Translator: Marián Muiños - España

LAS MIL Y UNA BOMBAS - César Tamborini Duca, León, España

 










LAS MIL Y UNA BOMBAS


Estas épocas civilizadas
en que un país invade a otro
-hoy como ayer-.

Estas épocas civilizadas
épocas de raciocinio
¡de la razón del más fuerte!
-hoy como ayer-.

Y la razón que dice
-en aras de la moral
y de la “causa justa”-
¡lancemos toneladas de bombas!

Y la razón del débil que clama
y no se deja oír
en tanto estruendo abominable
¿por qué nos matáis?
¿por qué matáis a nuestros niños?



CÉSAR TAMBORINI DUCA, León, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

Académico Correspondiente para León
Academia Porteña del Lunfardo

ENTRE RÍOS - Juan L. Ortiz, Entre Ríos, Argentina

 











ENTRE RÍOS


Es tan clara tu luz como una inocencia
toda temblorosa y azul.
Tu cielo está limpio de humo de chimeneas
curvado en una alta
paz de agua suspensa.
Y tus ciudades blancas, modestas, casi tímidas,
ríen su aseo rutilante entre las arboledas.
No hay en tu tierra gracias sorprendentes de líneas
-apenas si una suave melodía de curvas-,
pero tiene ella un
encanto de mujer, de sencilla, de agreste
belleza,
vestida de un silencio verde y feliz de campo,
toda húmeda de una alegría de arroyos,
con una cabellera densa de árboles libres.

(Del libro En el aura del sauce)
Juan L. Ortiz, poeta y traductor argentino.
(Entre Ríos 1896-1978)


JUAN L. ORTIZ – Entre ríos, Argentina

Juan Laurentino Ortiz fue un poeta y traductor argentino, considerado por el escritor Juan José Saer como «el más grande poeta argentino del siglo XX».​​ Wikipedia

Nacimiento: 11 de junio de 1896, Entre Ríos
Fecha de la muerte: 2 de septiembre de 1978

ELEGÍA - Miguel Hernández, España

 










ELEGÍA

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

 

MIGUEL HERNÁNDEZ- España

Miguel Hernández Gilabert fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Wikipedia

Nacimiento: 30 de octubre de 1910, Orihuela, España

Fallecimiento: 28 de marzo de 1942, Alicante, España


HIJA DEL VIENTO - Alejandra Pizarnik, Buenos Aires, Argentina

 








HIJA DEL VIENTO

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.

 

ALEJANDRA PIZARNIKBuenos Aires, Argentina


SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR - Luis Cernuda, Sevilla, España

 








SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR

 

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


LUIS CERNUDA, España

Nacimiento: 21 de septiembre de 1902, Sevilla, España

Fallecimiento: 5 de noviembre de 1963, Ciudad de México, México


CORAZÓN CORAZA - Mario Benedetti, Uruguay

 









CORAZÓN CORAZA


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

MARIO BENEDETTI - Uruguay


CUANDO NUESTRO DOLOR FINGIESE AJENO - Macedonio Fernández, Buenos Aires, Argentina

 







CUANDO NUESTRO DOLOR FINGIESE AJENO


Voz de un dolor se alzó del camino y visitó la noche,
Trance gimiente por una boca hablaba.
Eran las sombras dondequiera. Mis manos
Apartándolas para mis pasos
Heridos de la impaciencia y el tropiezo
Buscando aquel pedido de persona dolida.
Grito que ensombreció la sombra
Volvió a enfriar el pulsar de mi vida.
Y tropezando con el alma y el paso
No de mi pena, de ajena pena,
Creí afligirme, cuando hallé sangrando
Mi corazón, por mí clamando,
¿Qué desterrado de mi pecho habría?
Porque solo el recuerdo su latido daba
Y solo en el recuerdo mi dolor estaba
Y así desde el camino me llamaba
Y apenas cerca me sintió, acogiose
A mi pecho triunfante como enojado dueño,
Y al instante se dio a clavarme aquel latido;
El latir de su lloro del dolor del recuerdo.
Y hoy desterrarlo de nuevo ya no quiero.
Que ese dolor es el dolor que quiero.
Es ella,
Y soy tan solo ese dolor, soy ella,
Soy su ausencia, soy lo que está solo de ella;
Mi corazón mejor que yo lo ordena.



MACEDONIO FERNÁNDEZ
, Buenos Aires, Argentina

Macedonio Fernández (Buenos Aires, 1 de junio 1874 – 10 de febrero de 1952) perteneció, cronológicamente, a la generación modernista de Leopoldo Lugones.