bienvenidos

bienvenidos

domingo, 14 de abril de 2024

TE LO DIJE POR LAS NUBES… - Paul Éluard, (Francia, 1895/1952)

 








TE LO DIJE POR LAS NUBES…

 

Te lo dije por las nubes
Te lo dije por el árbol del mar
Por cada ola por los pájaros en las hojas
Por las piedras del ruido
Por las manos familiares
Por el ojo que deviene rostro o paisaje
Y el sueño que pone el cielo de su color
Por toda la noche bebida
Por la reja de las rutas
Por la ventana abierta por una frente descubierta
Te lo dije por tus pensamientos por tus palabras
Toda caricia toda confianza se sobreviven. 

                           

PAUL ÉLUARD, Francia (1895-1952)

Eugène-Émile-Paul Grindel, conocido como Paul Éluard, fue un poeta francés que cultivó de manera significativa el dadaísmo y el surrealismo. Wikipedia
Nacimiento: 14 de diciembre de 1895, Saint-Denis, Francia
Fallecimiento: 18 de noviembre de 1952, Charenton-le-Pont, Francia

 

 

JE TE L´AI DIT POUR LES NUAGES…

 

Je te l’ai dit pour les nuages
Je te l’ai dit pour l’arbre de la mer
Pour chaque vague pour les oiseaux dans les feuilles
Pour les cailloux du bruit
Pour les mains familières
Pour l’œil qui devient visage ou paysage
Et le sommeil lui rend le ciel de sa couleur
Pour toute la nuit bue
Pour la grille des routes
Pour la fenêtre ouverte pour un front découvert
Je te l’ai dit pour tes pensées pour tes paroles
Toute caresse toute confiance se survivent



PAUL ÉLUARD (1895-1952)


LLUEVE, HIJO MÍO, VAHAN TEKEYAN, Armenia - (Constantinopla,1878 / El Cairo,1945)

 










LLUEVE, HIJO MÍO


Llueve, hijo mío... El otoño es húmedo,
húmedo como los ojos de un pobre amor engañado...
Ve, cierra la ventana y la puerta,
después ven a mi lado, ven, siéntate frente a mí

en un silencio supremo... Llueve, hijo mío.
¿Llueve también a veces en tu alma?
¿Se estremece también tu corazón? ¿Tiemblas
al pensar en el brillante y pasado sol

detrás de una de las puertas cerradas del destino?
Pero lloras, hijo mío... En la oscuridad, enseguida
brotan lágrimas de tus ojos húmedos, de tus ojos húmedos...

Derrama, derrama las lágrimas de la inocencia pronto perdida;
llora sin saber, mi pobre, imprudente hijo,
la pobre víctima de la vida; llora que puedes crecer.



VAHAN TEKEYAN - Armenia. (Constantinopla,1878 / El Cairo,1945). 

Traducción del armenio al inglés de Gerald Papasian; The Press at California State University, Fresno, 2014
Traducción del inglés: Jonio González


IT’S RAINING MY SON

It's raining my son.... The autumn is wet,

Wet like the eyes of a poor beguiled love....
Go, close the window, and close the door,
Then come beside me, come, face me seated

In silence supreme.... It's raining my son.

Does it rain sometimes also in your soul?
Does your heart chill too? and do you shiver
Reflecting on the bright and bygone sun

Behind one of the closed doors of destiny?

But you weep my son.... In darkness, at once
Heavy tears outflow from your wet, wet eyes....

Weep, weep the tears of soon lost innocence;

Weep without knowing, my poor unwise son,
The poor prey of life; weep that you may grow.  


LA BILLARDA - Ángel Martín Sandoval – Buenos Aires, Argentina

 


 







LA BILLARDA


Roque y Serafín.
Dos niños, que apasionados
jugaban
en una calle de barrio

Afilaron la billarda
y apoyaron el palito
en un cercano adoquín
de geografía aprobada.

Se miraron los amigos
y en sus ojos se leía
la decisión ya tomada
de jugar hasta el sin fin.

Y a partir de ese momento
la billarda cruzó bosques,
nadó ríos, surcó mares…
Llegaron a las alturas
de montañas portentosas
y de inolvidables valles.

Dormían,
cuando la noche
les ocultaba el espacio.
Comían, juntos los dos,
cuando ocurría
un milagro.

Pero el convenio fatal
se cumplía a rajatabla.
El jugar hasta el sinfín
se decían, el adusto
niño Roque
y el alado Serafín

Pero en un anochecer,
pasados ya 80 años
de jugar y recorrer,
mientras el palo azotaban
(con menos vigor ahora),
vieron de pronto
una casa
que resultó conocida.

¡Santo Dios!, ¡esa es mi casa!
Exclamó el adusto Pedro
Y Serafín asombrado:
¡Es mi casa! ¡Santo Cielo!

Y al acercarse a su puerta
vieron a hermosa mujer
de extraño cabello gris
con ojos de escaso brillo
que los recibió y les dijo:

-Hombres
desde el lejano adoquín
de una calle de aquel barrio,
hoy han llegado hasta aquí.
Y digo que aquí se quedan.
Pues aquí acaba el sinfín.

Pero Roque enfurecido,
Dice: -No tiene fin el sinfín.
-El sinfín nunca termina,
aseguró Serafín.
- Todo, todo tiene fin,
y este es el fin del camino
para Roque y Serafín.

Descansarán esta noche
en la que fuera su casa.
Casa que nunca habitaron,
y ya no despertarán.
- Pero hay para todo reo –
dijo la parca sonriente-
ahora un último deseo.

Los amigos se miraron.
Los amigos respondieron
(después de poco pensar):
-Queremos vivir la vida que
nos quitó la billarda.

-Sea,
contestó la Parca

Y en esa última noche
que pasaron en la casa
fueron niños otra vez,
y también adolescentes.
Sintieron las travesuras,
el primer beso. Y el sexo.
Y fueron novios, maridos,
padres, abuelos, amantes
Hicieron sufrir, sufrieron,
y vieron la vida toda
que por jugar
se perdieron.

Y ya al alba, aquella casa
se convirtió en una tumba.
La que albergó para siempre
a tan extraños amigos.

Una cruz sobre la tierra,
rodeada de bruma azul.
Eran el palo,
y lustrosa,
muy lustrosa y muy gallarda,
la billarda,
haciendo cruz.

En la lápida
está escrito, y eso en letras de marfil:
“No existe el sinfín amigo.
Sino la vida y el fin”
Y abajo, en letras muy chicas,
dos nombres
están firmando:

El de Roque
y Serafín.



ÁNGEL MARTÍN SANDOVAL, Buenos Aires, Argentina


Billarda
: Juego de muchachos que consiste en dar con un palo en otro pequeño
y puntiagudo por ambos extremos colocado en el suelo, de modo que
el golpe lo haga saltar y que, en el aire, se le pueda dar un segundo
golpe que lo despida a mayor distancia.

ACERCA DE LA GRIPE Y TANGOS A CUENTO – Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 



ACERCA DE LA GRIPE Y TANGOS A CUENTO 

 

La palabra gripe procede del francés grippe (del suizo-alemán grüpi, acurrucarse).

La descripción más antigua de esta enfermedad nos viene de Grecia (año 412 a. de C.) y se la debemos a Hipócrates. Enfermedad que, muchos siglos después, haría su aparición en América traída por Cristóbal Colón.

Está documentado que, en su segundo viaje, el almirante recaló en la isla La Gomera, en las Canarias, y allí embarcó ocho marranas preñadas y gallinas con destino a las Antillas. Alguno de esos animales tenía el virus de la gripe, que trasmitieron luego a la marinería.

         El virus, por tanto, fue exportado desde España e incluso contagió al Almirante, quien en sus anotaciones describió detalladamente sus síntomas, característicos de la gripe, entonces denominada 'romadizo': fiebre alta, gran postración y dolor en todo el cuerpo.

         Admitido que la gripe llegó con él, lo que sostiene el doctor Francisco Guerra, notable investigador español, es que las aves fueron determinantes para la diseminación del virus. Desde esa base, lo que se plantea es si las aves fueron simplemente difusoras de virus de otras especies o si en realidad se trató de una gripe aviaria.

         A todo esto, en 1918, en tiempos de la “gripe española”, pandemia que causó más muertos que la Primera Guerra Mundial, en Buenos Aires se cantaban los tangos “El resfriao”, de Ángel Metallo, “Nene no te resfríes”, de Esther Seoane, y la “La grippe”-tango contagioso-, con música de Alfredo Mazzucchi y letra de Antonio Viergol.

 

"El termómetro", tango de José Martínez - Por la Orq. de Francisco Canaro - año 1916 https://www.youtube.com/watch?v=nebP64urgpQ&t=7s

 

LUIS ALPOSTA, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA 


EL NIÑO Y EL MAR (Poemática) - Adrián Néstor escudero, Santa Fe, Argentina

 

EL NIÑO Y EL MAR (Poemática)

A los Sueños

Y en particular, a los amantes irrenunciables del Mar y sus misterios… Más allá del tiempo y la distancia, de la tierra y del Cielo, llevados a gachas por el rumor cabalgante de sus aguas sueñeras, y de sus archipiélagos de consuelo y serenidad… Abrazados al Maná de la Palabra desde ésta, mi ciudad colonial, constitucional, cultural, cervecera, lagunera y camalotal…


Soy tan sólo un pequeño hipocampo
de luces arracimadas sobre una montaña
ondulada como olas de libros encrespados
en mi Botica de Autor…

Y luego de tenerlo, en el reciente estío,
-entre mi cuerpo todo y agitado en manos y reposado en mis ojos-,
vuelvo a pensar…
en Él…
En el Mar…

Porque desde las arenas penumbrosas
de mi Memoria vino aquel recuerdo.
Y quién sabe qué extraña brisa sopló sobre ella y,
una tras otra,
el polvo amarillento de los años rezumó las palabras
por los intersticios del tiempo,
anárquicas e inseguras –al principio-,
ordenadas y sensibles –después-,
hasta pergeñar mi sepia imagen de niño solitario
discurriendo sobre las arenas mansas
-al principio, pero luego agitadas-, de otra realidad.

Arenas de las playas del mar al que desde infante visitaba,
como quien visita a su mejor Amigo,
pues el mar era mi Amigo,
y era sabio e inconmensurable como el fondo
y matiz de las verdades que mi alma perseguía…
Y mi niño miraba al mar y el mar miraba al niño,
y lo hacía con un millón de ojos de espuma,
y el niño llamaba al mar y el mar llamaba al niño
con otro millón de bocas chorreantes,
y el niño saludaba al mar y el mar saludaba al niño con otro,
y otro, y otro millón de olas de aplausos y chasquidos,
y el mar comenzaba a cantar y hacía cantar al niño,
y ambos esperaban la somnolienta oquedad de la noche
para despedirse: el niño brotado de sal
y de una humedad nueva y nutriente,
y el mar humanizado, después de correr como los hombres,
de hablar y cantar, de gritar y soñar como los hombres –pequeños-,
como los niños de enero que descubren, ¡al fin!, que están vivos…

Quizá del polvo seco y acre
de un vetusto cajón de escritorio añoso
-forjado en madera misionera y olorosa de petiribí-,
brotó aquel recuerdo.
Y mi Botica de Autor se prendió al fuego liminar
de sus entrañas acuosas
y de sus misterios arrobadores y acidulados por una sal existencial…

Y el Poema cobró vida.
Y fue como una Ola más en el Océano de la vida para la Vida.



ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

LOS CUATRO ELEMENTOS - Martha Inés Vélez, Birmingham, Inglaterra

 








LOS CUATRO ELEMENTOS

                                                          “Los cuatro elementos: Agua, fuego, aire tierra”

                                                                                                                      Empédocles


La energía del universo se teje en el paisaje.
La lluvia moja el silencio, el ave regresa al nido,
agita el viento sus alas en los bosques del olvido.
El horizonte se curva en arco iris vencido
y las gotitas de lluvia, prismas,
refractan el rayo de luz, en colores encendido

Canto a los cuatro elementos redimidos en la estrella,
canto al caos primigenio…
A la ígnea roca desnuda en la entraña de la tierra,
al aire que se calienta en el tremor de los vientos,
al ciclo del agua en espejismos de hielo,
a la furia del sol en algoritmo de Verbo
para semillas de vida, que surcaron los océanos

Canto al hombre en su vorágine,
en el estío…el invierno…
en el amor, tormenta de mariposas en hipérbole de besos.
En su espíritu absoluto, en su mundo imaginario
que levita geografías en curvaturas de tiempo.
En la luz que agoniza en los umbrales del verso.

14 de abril de 2024

MARTHA INÉS VÉLEZ, Birmingham, Inglaterra

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

CRISTÓBAL COLÓN, MI PAISANO - Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina

 




CRISTÓBAL COLÓN, MI PAISANO

MARTES, ABRIL 09, 2024

In Nomine Domini Nostri Jesu Christi

Los lectores cambian, se olvidan, no prestan atención. Los lectores, al menos los míos, suelen creer que todo es humor. Sé, estimado leedor, que manejo la ironía y a veces - no pocas - lo sarcástico. Pero escribí en más de una oportunidad sobre nuestro Cristóbal Colón. Odiado por peronistas, señoritos populistas de izquierda postmoderna y gente de poco saber. Es decir, ignorantes sin medida. Pues bien, debo recordarles algo de lo que estudié, analicé y escribí hace mucho tiempo. Palmas. Y a recoger el guante.

"Porque, cristianísimos y muy altos y muy excelentes y muy poderosos Príncipes, Rey y Reina de las Españas y de las islas de la mar, Nuestros Señores, este presente año de 1492, después de Vuestras Altezas haber dado fin a la guerra de los moros que reinaban en Europa y haber acabado la guerra en la muy grande ciudad de Granada, adonde este presente año a dos días del mes de enero por fuerza de armas vi poner las banderas reales de Vuestras Altezas en las torres de la Alhambra, que es la fortaleza de la dicha ciudad y vi salir al rey moro a las puertas de la ciudad y besar las reales manos de Vuestras Altezas y del Príncipe mi Señor..."

Se sabe que Colón no hablaba italiano a pesar de haber vivido en Génova hasta los 24 años. De hecho las referencias sobre su origen genovés son casi inexistentes. También se dice que tenía modales portugueses, lo que puede significar gallegos.

La esfericidad de la Tierra ya estaba en el Corán. Hay versos sumamente elocuentes. Alfraganus, setecientos años antes de la llegada de Colón a América – siglo IX, Jalifato de Al-Mahmún – señaló en su célebre teorema que la medida correcta de la Tierra era de cincuenta millas y dos tercios por grado.

Collón, en gallego es testículo. Para ser didácticos: cada una de las dos glándulas ovoideas que segregan el semen y están contenidas en las dos cavidades del escroto. Según se dice era su verdadero apellido y está anotado en una iglesia de Pontevedra. Tiempo después, alguien tachó una “l” y quedó Colón. También se dijo que era judío converso, catalán, mallorquín, castellano, extremeño, corso…

“¿Qué le pasa, Penelas?”, preguntará el retrógrado del boticario. Pues bien, que vamos a recorrer con un poco de humor algunas voces, textos y fuentes. Recordemos, al pasar, que como dijo Woody Allen, “hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas , pero no las mismas”.

El investigador y escritor Guillermo García de la Riega, bisnieto del historiador Celso García de la Riega (el primer impulsor de la tesis de que Colón era gallego), subrayó que las pruebas son tan evidentes que «la historia no permitiría tantas casualidades» y fundamenta su postura en tres pilares: la documentación de los siglos XV y XVI que muestran el acta notarial de la venta de la finca de A Puntada de Poio que supuestamente fue la casa de Colón en Pontevedra, la toponimia de los accidentes geográficos que descubrió el navegante (tales como Punta Lanzada, San Salvador o las alusiones a las cofradías pontevedresas para nombrar al Puerto de San Nicolás, el Cabo San Miguel o las islas Catalina y San Juan Bautista) y, por último, el lenguaje utilizado por Colón en el que aparecen «numerosos vocablos gallegos».

Se sabe que nuestro querido Almirante no hablaba italiano a pesar de haber vivido en Génova hasta los veinticuatro años. De hecho las referencias sobre su origen genovés son casi inexistentes. Se dice que tenía modales portugueses, lo cual puede significar gallegos. No hay que olvidar que una carabela, la Santa María, se la bautizó en principio “La Gallega”. (¿Qué dirá ante estos paupérrimos y conocidos datos mi amigo el historiador? Estará una furia. Le recordaría que “el eco siempre dice la última palabra”.)

Celso García, pontevedrés, pronunció una conferencia en la Sociedad Geográfica de Madrid en 1898, año del nacimiento de mi padre. En ella dio a conocer cierta documentación de los siglos XV y XVI. Causó un gran alboroto al afirmar la galleguidad del genovés. Poco tiempo después se afirmó que los documentos estaban manipulados. Pero en 1964, la profesora Rodríguez Solano estableció que no existió tal falsificación en los documentos de Pontevedra. Y se volvió a la carga. No es casual que Alejo Carpentier haya escrito una novela desopilante sobre la vida de este navegante misterioso. En El arpa y la sombra el mundo mágico-primitivo de universal comunión, el drama social y filosófico del hombre moderno, concebido dentro del ámbito de la mitología americana.

En 1923, en La Habana, Enrique Zas publicó un ensayo: Galicia, patria de Colón. Pone como ejemplo algo que no lo tomará por tal Menéndez Pidal. Zas habla de las muchas palabras en gallego que el almirante escribió en su diario: pardetas, a la corda, pardeles, toniñas, etc. Recordemos a don Ramón Menéndez Pidal, coruñes, que publicó en 1942, La lengua de Colón, libro de consulta en mis años de estudiante en el Profesorado en Letras. Me acuerdo la colección: Austral, de Espasa. Aún está en mi biblioteca. Luego vendrá la polémica de Francisco Romero de Lema en La lengua de Cristóbal Colón, publicado en 1969. Como ves, mi querido e hipócrita amigo, todo es confuso. Pero la ciencia sigue su curso y sabemos a dónde vamos.

Será Alfonso Philippot, vigués, capitán de La Marina Civil quien en 1991 publica La identidad de Cristóbal Colón donde concluye que Colón y Pedro Madruga son la misma persona, hijo natural (¡cuando no!) del conde de Sotomayor. El silencio será una razón de Estado. Siempre las razones de Estado terminan en el silencio.

A la tesis de que Colón era gallego dieron su apoyo la condesa de Pardo Bazán, Suárez Picallo, Eduardo Pondal, Castelao, Ramón Cabanillas, entre otros.

«Yo , porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla." ( 11 de octubre de 1492)

Roland Barthes creía que la efusión sentimental resulta inexpresable. Tal vez la vida de nuestro descubridor sea eso. Se dice que fue avaro, megalómano, sionista. Para algunos historiadores el legendario almirante chino, Zheng He, descubrió América siete décadas antes que Colón. Éste descubrió sus mapas y lo calló. Por eso llegó a nuestras playas. Más allá de todo recomiendo leer sus diarios de navegación. Un universo.


Buenos Aires, 8 de agosto de 2024


CARLOS PENELAS,
Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


VOS Y YO…LA MISMA INFANCIA - Raúl Oscar D'Alesandro, Argentina

 



VOS Y YO … LA MISMA INFANCIA.

 

 En el campo

A raíz de la lectura de mi poema “El regreso” publicado en febrero recibí esta poesía evocativa de su niñez por parte de Raúl Oscar D’Alessandro:




VOS Y YO…LA MISMA INFANCIA


Vos sabés…si lo has vivido.
Tantos momentos queridos
no se pueden olvidar,
hoy te los vengo a contar
permitíme que te diga,
hay una infancia en tu vida
y en la mía hay otra igual.
Rodillas sucias, pantalón corto,
mientras la siesta se atorra
cazábamos con la gorra
los pichones de gorriones.
Al ruido de los talones
nos corría el verdulero
cuando en algún entrevero
le choreabamos ciruelas.
¡¡¡Minga de ir a al escuela¡¡¡
a bañarse en la laguna,
chapotendo entre la espuma
que dejan las lavanderas
nadabámos en carreras
soñando con ser Tarzán.
Colados en el tranvía
como una gran aventura
hacíamos travesuras
que enojaban a la gente.
¿Que querés que yo te cuente
si somos del mismo barro.
Desde pasear con el carro
del gallego de los fletes,
hasta tirar unos cuetes
en medio de algún velorio.
Vivir de risa y jolgorio
y gritarle mil macanas,
al que pisó la banana
y se mató de un porrazo.
Tocar timbre y salir de raje,
remontar un barrilete.
Putear como la gran siete
para hacernos los adultos,
tratar de esquivar el bulto
a la hora del mandado,
fumar un pucho gastado
que tiró algún compadrito.
Andar saltando a los gritos
como grillo en la rayuela
hasta que llega la abuela
y de un tirón de la oreja
nos lleva junto a la vieja
que espera con la comida.
Colgarse del corralón
para pispiar la vecina,
afanar de la cocina
la galleta del abuelo
y tirarse por el suelo
entre grito y pataleo,
ante algún cintazo fiero
que el viejo nos sacudió.
Todo quedó en el pasado,
ya he dejado de ser pibe,
hoy la vida nos recibe
como adultos y señores
algunos hechos doctores,
y otros…igual que yo.
Ese pibe que tenía,
el tiempo me lo ha devuelto
como chirolas de un vuelto
demorado en los bolsillos,
tengo un recuerdo sencillo
que hoy lo comparto con vos.
Vení, que ya somos dos
para pelear la emoción,
vuelve a sonar la canción
que tocaba el organito
y la barra con sus gritos
nos recibe en la vereda.
Vamos, que algo nos queda
de ese retazo de vida
Hay tantas cosas queridas
que ya no habrán de volver,
que está empezando a llover
en el patio de mis ojos.


RAÚL OSCAR D'ALESANDRO
<raulsandrodaless@gmail.com>

APORTE DE CÉSAR TAMBORINI DUCA, León, España

Cronopio

ABOUT AUTHOR

César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.


¿EXISTEN LA BUENA Y LA MALA SUERTE? - Antonio Las Heras, Buenos Aires, Argentina

 


¿EXISTEN LA BUENA Y LA MALA SUERTE?


 “Lo que pasa es que yo tengo tanta mala suerte...”, escuchamos decir a menudo. Quienes así se expresan parten de una base falsa: porque nadie tiene buena o mala suerte. Lo que si hay son esquemas de pensamiento que producen hechos favorables o desfavorables de acuerdo a las decisiones que cada uno vaya tomando en su vida. Por algo un sabio y antiguo refrán afirma: “La suerte llama a la casa de quien está preparado.”

¿Qué es esto de “buena” o “mala” suerte? El tema se relaciona con las supersticiones y tiene raíces reales.

¿Por qué se dice que el día viernes es de mala suerte? Ocurre que así lo afirmaban reyes y sacerdotes de la Mesopotamia y, entre los cristianos, se atribuye el hecho de que Jesús fue crucificado ese día.

Hay quienes consideran al mes de mayo desgraciado, lo que en buena medida tiene antiquísimo origen en que los romanos - en sus tiempos imperiales- hacían en ese mes las ofrendas a los muertos. Hoy, ya iniciado el siglo XXI, aún hay quienes consideran que les traerá mala suerte la celebración de un casamiento o la visita a parientes lejanos durante mayo.

“En martes no te cases ni te embarques; ni de tu casa te apartes”, reza un tradicional refrán. Y, en este caso, el término “embarques” no hay que tomarlo sólo como el hecho de no subir a un barco o cualquier medio de transporte. Lo que la frase quiere transmitir es que en día martes no hay que iniciar ninguna actividad que uno juzgue de importancia. Por eso la advertencia de que conviene quedarse en el lugar donde uno reside.

“Cuidado con lo que hagas un martes 13″, advierten muchos.

¿Cuál es la causa de esta aversión por el día martes? Pues ocurre que ese es el día que está dedicado, desde tiempos milenarios, al planeta Marte – también conocido como el Planeta Rojo por la coloración que exhibe a ojo desnudo – y que fue considerado el dios de la guerra. Guerra. Sangre, conflicto, desgracia… de allí a afirmar que nada había que hacer en dicha jornada hubo sólo un paso.

¿Por qué al romper un espejo o derramar la sal tendremos “mala suerte”? No diga que no ha sentido inquietud alguna vez que, accidentalmente, derramó un frasco o un paquete de sal.

¿Usted cree en estas cosas? Cualquiera sea la respuesta, la sugerencia es la misma: conviértase en alguien capaz de provocar su “buena” suerte con cada conducta diaria. Porque todo tiene su origen en cuáles son los esquemas de pensamiento que dirigen las decisiones que cada uno decide tomar… o no tomar. Si está convencido que un viernes 13 o la sal derramada le ocasionarán malos momentos, estos sucederán. Pero no a causa de la “mala suerte” sino por, sin buscarlo conscientemente, habrá estado haciendo lo que no le conviene.

Si usted asegura que “no cree” en estas supersticiones populares, su psiquismo profundo (lo inconsciente) tal vez pueda creer. Esos temores ocultos le harán obrar mal ocasionando trastornos que, inesperadamente, afectarán su entorno: pareja, familia, amigos, negocios. Todo sucederá en su vida según sean las programaciones mentales que haya su mente albergue. La “buena suerte” es, simplemente – y nada menos – que el resultado de la práctica cotidiana del pensamiento racional reflexivo positivo creativo proactivo.

Es cuestión de entrenar el pensamiento. Tener siempre en cuenta la parte llena del vaso que tiene agua sólo hasta la mitad. Si usted se atiene a lo que falta, a lo que ya no está o a lo que pudo ser pero no fue… entonces la supuesta “mala suerte” habrá de presentarse.

Vamos a un ejemplo que sintetiza todo lo aquí ya expuesto.

Una mañana fría y destemplada, alguien caminando por una vereda solitaria advierte en el suelo una cosa parecida a un lingote de oro. Va apurado, quejándose del clima, concentrado en dificultades que no está resolviendo y, por ello, aun habiéndose dado cuenta que puede estar frente a un lingote de oro abandonado, sigue camino sin detenerse.

Instantes después pasa un segundo transeúnte que también observa el lingote. Se detiene. Se aproxima. Lo mueve empujándolo con uno de sus pies y nota que tiene el peso que correspondería a un lingote de oro de ese tamaño. Justo antes de agacharse a recogerlo, piensa: “¿pero quién va a dejar oro y de este peso tirado en una vereda?” Por ello detiene la búsqueda, le da una patadita final y sigue su camino.

Aparece una tercera persona que, notando el lingote, se detiene, lo mueve un poco con el pie y comienza a agacharse para agarrarlo y llevárselo. Apenas inicia el movimiento nota que está lleno de barro, sucio… ”¡No me voy a manchar las manos y, en una de esas, esto es sólo algún metal barato!”, piensa. Por lo que desiste y sigue camino.

Llega entonces otro caminante. Va con paso tranquilo, parece que estuviera pensando pero no por ello deja de prestar atención a la belleza de esa mañana. Fría. Es cierto. Destemplada. También es cierto. Pero de cielo despejado, con un sol invernal cuyos rayos provocan raros y llamativos reflejos entre las ramas secas de la arboleda. Es entonces cuando advierte al lingote allí tirado. Se aproxima y una vez teniéndolo a sus pies se agacha, lo toma entre sus manos, le saca el pasto y le limpia el barro y la suciedad acumulada. Descubre que no hay duda que se trata de un verdadero lingote de oro. Lo toma y se lo lleva contento.

A media cuadra de allí, se encuentran los anteriores transeúntes - aquellos que desperdiciaron la oportunidad de enriquecerse con la obtención del lingote- quienes están en la parada de un colectivo aguardando el transporte. Se dan cuenta que cada uno pudo ser el beneficiario pero que por no haber pensado con criterio positivo dejaron pasar la ocasión. Se miran entre ellos. Y al unísono comentan: “¡Qué suertudo!” “¡La suerte que tuvo este”.

La suerte tanto como la “mala suerte” sólo está en la mente de cada persona. Es la decisión de uno mismo lo que lleva a una u otra de las situaciones. Somos lo que pensamos. Desarrollemos -sobre todo en los momentos más difíciles de la vida- pensamientos creativos, constructivos que nos lleven a la concreción de los deseos positivos de vida que albergamos y aún no hemos concretado. Hagámonos responsables de los actos de nuestra vida.

 

ANTONIO LAS HERAS, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

Doctor en Psicología Social, parapsicólogo, filósofo, historiador y escritor

LEYENDO UN LIBRO DE SOSLAYO - Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

 






LEYENDO UN LIBRO DE SOSLAYO



Mateo estaba aburrido, su mujer iba cada verano a ver a su tía Eulalia, bien hay que decir que gracias a ella el matrimonio podía pasar unos días de vacaciones en la playa, la tía era espléndida en sus planes y generosa a fin de cuentas.
Mateo no soportaba la cháchara que tía y sobrina mantenían, ésta lo hacía por interés y por eso aguantaba las viejas historias de familia que la tía no cesaba de repetir, mientras, él daba un paseo por el jardín.
Ese día llovía decidió echar una miradita por la biblioteca, ¡qué curioso, estos libros son viejísimos! Seguro que el tío los fue recogiendo poco a poco, pues de verdad nos son fáciles de encontrar, pensó Mateo mientras examinaba la vieja estantería.
“El apoyo mutuo” de Pedro Kropotkin, “Vida y muerte en la URSS” de Valentín González (el Campesino), general comunista en la guerra civil de España. “Leyendas democráticas” de Michelet, “Tolstói” de Romain Rolland, “Un capitán de quince años” de Julio Verne. “El pacto germánico-soviético 1939-1941” de A. Rossi. “Consejo de guerra contra el pueblo vasco 1936-1940” del cura Anxo Ferreiro Currás. También muchas más recientes obras del escritor y poeta argentino Norberto Pannone, del inolvidable vate R. Leiro y muchos otros que complementaban la hermosa  biblioteca.
¡Qué curioso, cuantos viejos libros junto a otros más recientes!, repetía Mateo.
- Sí, lo es -repuso la tía parada en el quicio de la puerta.
- ¿Y no ha pensado en renovar la biblioteca
- Las bibliotecas se renuevan sumando libros, pero nunca eliminando los viejos. Esos libros son nuestra memoria viva, lo que nos recuerda nuestro pasado, nuestra evolución que es permanente, aunque a veces demos dos pasos para adelante uno hacia atrás, pero son también el testimonio vivo que los seres humanos deseamos, para que las personas aprendan a mejorar su situación.
Esos libros son el legado de muchos hombres y mujeres que dieron lo mejor de sí mismos, incluso a veces la vida, porque nada cae del cielo, sin más.
Mateo estaba emocionado y observaba detenidamente todo a su alrededor.
- Me alegra que la curiosidad te haya empujado a abrir una rendija al pasado que nada tiene de despreciable, porque cuando haya pasado el fanatismo del contacto con los móviles, los libros seguirán estando ahí, esperando descubrir, a las nuevas generaciones, mejores futuros comprobando cómo las anteriores supieron trazar caminos y soluciones a su infinitos problemas.


SALOMÉ MOLTÓ, Alcoy, Alicante, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA