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sábado, 30 de enero de 2021

DEPORTES ELEGIDOS, Hugo Luis Bonomo, Santa Fe, Argentina

 








DEPORTES ELEGIDOS

 

Estos días, la Argentina se vio convulsionada por la muerte de un joven, ocasionada por un grupo de unos diez jugadores de rugby, que lo golpearon hasta quedar tendido en el piso y, allí, comenzaron a patearlo. Las patadas en la cabeza, le ocasionaron la muerte. 

El deporte incluye valores fundamentales para la formación de los jóvenes; el honor, la humildad, la ética y otros méritos que no son negociables pero, además de esos valores, hay deportes que privilegian la inteligencia, la técnica y la habilidad, sobre el derribo del oponente y la fuerza bruta.

Es innegable que la particularidad, y el ejercicio, de cada disciplina desarrolla, en mayor o menor grado, las condiciones más importantes para prevalecer en cada deporte, y entre los deportes grupales, el rugby se caracteriza por requerir fuerza, contacto físico y el deseo de demolición del oponente.

Solamente el principio de la definición de deportista, se puede aplicar al rugby: “Sportman es aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún deporte…”

No se cuestionan otros principios del rugby, que pueden ser loables, pero quienes eligen ese deporte, no piensan en la paz y el amor; se les presenta la imagen de fortaleza, poder y demolición; atractivas para la mayoría de los hombres, y saben que con la inteligencia, la táctica y la estrategia; no alcanza.

No se conoce equipo de rugby, en el mundo, que se presente formando un corazón con sus manos, o dando un mensaje de convivencia, por el contrario, todas las presentaciones son violentas y agresivas, y sus orígenes es el haka, una tradición de la cultura Maorí, (proveniente de los tangata whenua, el pueblo indígena de Nueva Zelandia) que consiste en una danza ritual o en un grito de guerra.  Representa, de forma feroz, el orgullo, la fuerza y la unidad de una tribu.

Y la realidad de estos días, en que la muerte de una persona ha implicado a un grupo de rugbiers, libres en sus vidas y sus elecciones, que han mostrado facetas que, para los ciudadanos comunes, evidencian su esencia y naturaleza; mostradas en este hecho lamentable y que ha motivado un cambio de paradigma negativo, en el consenso popular.

Este hecho ha sensibilizado a un grupo de presidiarios que han elegido formar un equipo de rugby, en la cárcel, apareciendo en los medios, y logrando difusión en todo el país. El equipo de rugby, formado por los presidiarios, y que han denominado “Espartanos”, ha logrado suavizar y reivindicar, a los rugbiers que cometieron el crimen, moderando la situación y dando una imagen de muchachos buenos, que han encontrado en el rugby la recuperación de sus valores, difundiendo y revirtiendo en la gente la idea de agresividad, provocación, escándalo, pendencia y otras acciones reñidas con la paz, la convivencia y la solidaridad, que había instalado, en la sociedad, el grupo de rugbiers que mataron a un joven.

Pero los espartanos, por televisión, mostraron que no es así.

No sabemos por qué están en la cárcel, pero los espartanos, comunicaron que la elección del rugby es muy buena para ellos, y que gracias a él, se han concretado todas sus ilusiones y ansias de recuperación. Podían haber elegido el handball, pero eligieron el rugby.

Los espartanos se presentan con el estilo, y la agresividad del famoso Haka, y a la mención del nombre elegido: espartanos, sigue ¡Uá! ¡Uá! ¡Uá! , con la suficiente potencia que demuestre la fortaleza, y la esencia de su nombre. 

Los espartanos eran guerreros que no tenían miedo de sus oponentes.

Los futuros soldados espartanos eran preparados desde la cuna, pues Esparta practicaba una rígida eugenesia. Después de nacer, cada niño espartano era examinado por una comisión de inspectores del Estado para determinar si era sano y estaba bien formado. Si el niño tenía algún defecto físico se le consideraba inútil y una carga para la ciudad y se lo llevaba al pie del monte Taigeto, donde se le arrojaba a un barranco.

A los otros niños se les proveía de muy escasa comida y ropa, lo cual favorecía que intentasen robar y, si los descubrían robando, eran castigados; no por robar, sino por no haber sido buenos, y ser atrapados.

Su particular idiosincrasia belicosa no sólo fascinó a sus coetáneos, sino que con el correr de los siglos, sería reivindicado por varios dictadores del siglo XX, como Mussolini, Stalin y, especialmente, Adolf Hitler.

Y como dijo Anaxágoras “Todo tiene que ver con todo”.

 

©HUGO LUIS BONOMO, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA 

 


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