Imagen de: La poesía y el vino-Vínica
GOTAS DE VINO
Siempre
le interesó la historia narrada en bares del Puerto de Santa María. No creía
que Menesteo -según la egregia leyenda griega- fundó tal ciudad. Los bares se
entremezclan con las ruinas del puerto, al que llaman los Cien Palacios.
Antonio es un poeta olvidado por él mismo en aquel lugar. Los andaluces lo
reconocen y recitan sus versos después de haber bebido cantidades del buen vino
jerez. Es un catador de vinos nato y disfruta cada gota de este buen vino
andaluz entre tertulias prolongadas en el bar “El Señorío”. Su mente transita
con el sabor del buen vino. Se fue al puerto a escribir, a caminar y alejarse
del ruido mundanal. No fue en busca de ninguna aventura quijotesca. La búsqueda
era él mismo contra sí mismo. La fama no le importa, es de aquellos poetas que
viven con la fama de sus propias páginas en su mente y con ello ensayan vivir
de una manera más libre y humana. Una tarde de otoño, cifró un verso. Cayeron
sobre sus apuntes algunas gotas de vino. Ello lo inspiró a escribir su mejor
poema: Gotas de sangre. Hoy, Antonio es verso y gloria.
Uno de los relatos ganadores del Concurso Letras con
Arte- España 2015
©GUILLERMO FERNÁNDEZ DEL CARPIO, poeta y escritor peruano
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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