COLOMBIA
Álvaro Mutis
CADA POEMA
Cada
poema un pájaro que huye
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cera letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte,
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas,
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cera letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte,
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas,
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.
Álvaro Mutis Jaramillo; Bogotá, Colombia, 1923 - Ciudad
de México, 2013) Fue reconocido galardones como el Príncipe de Asturias (1997)
y el Premio Cervantes (2001).
Parte de su
obra: Los trabajos perdidos, 1965. Summa de Maqroll 1973.
Primeros
poemas, Los elementos del
desastre, Los trabajos perdidos,
Reseña de los hospitales de ultramar
y Recuento de ciertas visiones.
Caravansary, 1982. Crónica vieja y alabanza del reino,
1985, Los emisarios, 1985. La
nieve del almirante, novela, 1986 También en 1986, Un homenaje y siete nocturnos. Ilona llega con la lluvia, 1987 que
le valió la Orden del Águila Azteca. La
última escala del Tramp Steamer, 1989. Amirbar, novela, 1990. Empresas y tribulaciones:
Abdul Basuhr, soñador de navíos.
Contextos para Maqroll (1997).
José Asunción Silva
En los húmedos bosques, en otoño,
al llegar de los fríos, cuando rojas,
vuelan sobre los musgos y las ramas
en torbellinos, las marchitas hojas,
la niebla al extenderse en el vacío
le da al paisaje mustio un tono incierto
y el follaje do huyó la savia ardiente
tiene un adiós para el verano muerto
y un color opaco y triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
En los antiguos cuartos hay armarios
que en el rincón más íntimo y discreto,
de pasadas locuras y pasiones
guardan, con un aroma de secreto,
viejas cartas de amor, ya desteñidas
que obligan a evocar tiempos mejores,
y ramilletes negros y marchitos,
que son como cadáveres de flores
y tienen un olor triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.
Y en las almas amantes cuando piensan
en perdidos afectos y ternuras
que de la soledad de ignotos días
no vendrán a endulzar horas futuras,
hay el hondo cansancio que en la lucha,
acaba de matar a los heridos,
vago como el color del bosque mustio
como el olor de los perfumes idos,
y el cansancio aquél es triste
como el recuerdo borroso
De
lo que fue y ya no existe.
José Asunción Silva (Bogotá, 1865 - 1896) El día del
24 de mayo de 1896 fue hallado muerto sobre su cama. El poeta se había
suicidado de un tiro en el corazón; se cuenta que había preguntado a un médico
la localización exacta de dicho órgano. Fue enterrado en Bogotá, en el
cementerio destinado a los suicidas.
Parte de su
obra: Entre 1889 y 1891, Silva escribió buena parte de su más conocida poesía,
como el Nocturno 2 y,
también, en prosa, La protesta de la
Musa. (1891) sus Cuentos negros y una novela
titulada Amor. Intimidades, poemas escritos entre los 14 y
los 18 años de edad. La obra incluye 59 composiciones (por lo menos dos de
ellas en forma fragmentaria), entre las cuales, más de 33 permanecían inéditas.
Este libro constituye, tal vez, la fuente más rica de la obra escrita en verso
por el poeta colombiano (los poemas sólo fueron publicados en 1977). El libro de versos, la obra
considerada de mayor preeminencia en la producción literaria del poeta. "Infancia”,
Nocturno II ("Poeta,
di paso...") y Nocturno
III. Gotas Amargas. Psicopatía de El libro de versos. La narrativa:
De sobremesa considera la obra antecesora de la novela modernista.
Rafael Pombo
EL NIÑO Y LA MARIPOSA
Mariposa,
Vagarosa
Rica en tinte y en donaire
¿qué haces tú de rosa en rosa?
¿de qué vives en el aire?
Yo, de flores
Y de olores,
Y de espumas de la fuente,
Y del sol resplandeciente
Que me viste de colores
¿Me regalas
tus dos alas?
¡son tan lindas! ¡te las pido!
deja que orne mi vestido
con la pompa de tus galas
Tú, niñito
tan bonito,
tú que tienes tanto traje,
¿Por qué quieres un ropaje
que me ha dado Dios bendito?
¿De qué alitas
necesitas
si no vuelas cual yo vuelo?
¿qué me resta bajo el cielo
si mi todo me lo quitas?
Días sin cuento
De contento
El Señor a ti me envía;
Mas mi vida es un solo día,
No me lo hagas de tormento
¿te divierte
dar la muerte
a una pobre mariposa?
¡ay¡ quizás sobre una rosa
Me hallarás muy pronto inerte.
Oyó el niño
Con cariño
Esta queja de amargura,
Y una gota de miel pura
Le ofreció con dulce guiño
Ella, ansiosa,
Vuela y posa
En su palma sonrosada,
Y allí mismo, ya saciada,
Y de gozo temblorosa,
Expiró la mariposa.
Vagarosa
Rica en tinte y en donaire
¿qué haces tú de rosa en rosa?
¿de qué vives en el aire?
Yo, de flores
Y de olores,
Y de espumas de la fuente,
Y del sol resplandeciente
Que me viste de colores
¿Me regalas
tus dos alas?
¡son tan lindas! ¡te las pido!
deja que orne mi vestido
con la pompa de tus galas
Tú, niñito
tan bonito,
tú que tienes tanto traje,
¿Por qué quieres un ropaje
que me ha dado Dios bendito?
¿De qué alitas
necesitas
si no vuelas cual yo vuelo?
¿qué me resta bajo el cielo
si mi todo me lo quitas?
Días sin cuento
De contento
El Señor a ti me envía;
Mas mi vida es un solo día,
No me lo hagas de tormento
¿te divierte
dar la muerte
a una pobre mariposa?
¡ay¡ quizás sobre una rosa
Me hallarás muy pronto inerte.
Oyó el niño
Con cariño
Esta queja de amargura,
Y una gota de miel pura
Le ofreció con dulce guiño
Ella, ansiosa,
Vuela y posa
En su palma sonrosada,
Y allí mismo, ya saciada,
Y de gozo temblorosa,
Expiró la mariposa.
Rafael Pombo, poeta nacido en Santa Fe de
Bogotá, Colombia, en 1883. Falleció en Santa Fe de Bogotá, en 1912.
Representante del romanticismo español en su país.
Parte de su
obra: Sus primeros poemas fueron publicados bajo el título Exabruptos poéticos de Rafael
Pombo. Escribió La hora de las tinieblas, 1885,
Al
Niágara y Elvira Tracy. La
tumba de Ricaurte. Relatos breves en verso: Cuentos pintados para niños (1867) y Cuentos morales para niños formales (1869). El renacuajo paseador, El
gato bandido, La pobre
viejecita y Simón el Bobito;
del segundo son Mirringa y Mirronga
y Fuño y Furaño. La
obra completa de Pombo se publicó por vez primera en 1916, Fábulas y verdades, Cuentos pintados y Cuentos morales para niños formales.
Escribió el libreto de la ópera Florinda
o la Eva del reino godo español.
Meira
Delmar
SONETO EN VANO
(Del libro Reencuentro)
¿A dónde iré que no me alcance el vuelo
de tu mirada que en azor se muda,
y la noche de sueños me desnuda
con el brillo quemante del desvelo?
¿En qué sitio del aire, el mar, el cielo,
encontrará mi corazón ayuda,
la clara mano que mi mal acuda
y en dulcedumbre me convierta el duelo?
La frente pensativa me rodeas
de lejanas memorias. Me recreas
los rostros del amor enceguecido.
Y es inútil que huya de tu acecho
si te oigo vivir dentro del pecho
con la vida sin muerte del olvido.
(Del libro Reencuentro)
¿A dónde iré que no me alcance el vuelo
de tu mirada que en azor se muda,
y la noche de sueños me desnuda
con el brillo quemante del desvelo?
¿En qué sitio del aire, el mar, el cielo,
encontrará mi corazón ayuda,
la clara mano que mi mal acuda
y en dulcedumbre me convierta el duelo?
La frente pensativa me rodeas
de lejanas memorias. Me recreas
los rostros del amor enceguecido.
Y es inútil que huya de tu acecho
si te oigo vivir dentro del pecho
con la vida sin muerte del olvido.
Meira Delmar, nació en Barranquilla (Atlántico) el 21 de abril de 1922, su nombre de
pila es OLGA CHAMS ELJAICH, de descendencia libanesa.
Parte de su obra: Alba de Olvido (1942), Sitio del Amor (1944), Verdad
del Sueño (1946) Secreta Isla (1951), Sus
Mejores Versos. Antología (1957), Poesía (Antología bilingüe en italiano y
español, 1970) Huésped sin Sombras (1971), Reencuentro
(1981), Laúd Memorioso.
Jorge Isaacs
EN LA NOCHE CALLADA
Ay! cuántas
veces en las lentas horas
De la noche
callada, antes que el sueño
Venga a
cerrar mis párpados, recorre
Mi memoria
tenaz los bellos días
De lloros y
de risas infantiles
A que
siguieron tan hermosos años!
Sus palabras
de amor entonces oigo,
Sus votos de
constancia...no cumplidos,
Y vuelvo a
ver la luz de esa mirada
Que hundióse
en el Ocaso de la vida
Para ya no
lucir... ay! para siempre!
Ay! cuántas
veces los amigos caros
Al corazón
desde la infancia unidos,
Que ya no
existen...mi memoria evoca,
Y hallo en
torno de mí sólo sus tumbas,
A do
bajaron, como al soplo frío
Del
invierno, las hojas macilentas...
Imagínome
entonces que recorro
Un salón de
banquete ya desierto,
Do algunas
luces oscilando mueren...
Donde se ven
aquí y allá dispersas
Las
guirnaldas marchitas... Lo han dejado
Todos,
excepto yo; y así en la vida
Ay! cuántas
veces me contemplo solo!
Jorge Isaacs, (Cali, 1837 - Ibagué, 1895)
Escritor colombiano. Novelista y poeta colombiano del
género romántico
Parte de su
obra: A mi patria, 1864, Cartas de Jorge Isaacs,1837-1895. Mayo, 1864 (Poesía). Cartas poesías, 1864.
María,
(Obra cumbre) 1867, (novela). Río Moro, 1864 (Poesía). Teresa, 1837-1895.
Colombia, cuna de grandes poetas que expresan con profundas y apasionadas palabras en poesías y sonetos, toda la vehemencia de un pueblo sensible.
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