El
"Imperio del fin del mundo"
como me gusta denominarlo por
haberse encontrado en el cono sur del continente americano, a pesar de su
extensión y poderío fue prácticamente desconocido para el mundo, e inclusive
para los argentinos que recién en los últimos años escucharon hablar de los
"Mapuche" (gente de la tierra); sin embargo muy pocas
naciones pueden presumir de soportar el asedio de cuatro naciones y resistir
durante 400 años: a los Incas primero cuando quisieron extenderse a sus
dominios, luego a los españoles y por último -después del nacimiento de estas
naciones- a chilenos y argentinos. Hasta que la viruela (que hizo estragos en
una población no inmunizada), el poderío de las nuevas armas, y la escasa
población como consecuencia de tantos años de lucha, hizo que se rindieran en
1883. Muchas mentiras sobre ellos para justificar su expulsión e intento de
exterminio, justifican su reivindicación, como traté de hacer con mi libro "Pasión
y Muerte de Nuestro Señor de las Pampas".
Para
la pausa, para el esparcimiento, "El Ordenador Sensible" relata un
suceso apócrifo.
En su libro “La Dulce Patria” (Colección Austral)
Arturo Capdevila les niega historia a los mapuche y, al igual que Sarmiento,
considera legítimo y necesario su exterminio por “carecer de atributos humanos”
según menciona en la pág. 77 y siguientes. Sin percibirse de ello, entra en
contradicción al mencionar al cacique Quinteláu (p. 41) que fue a Buenos Aires
para los actos del 25 de Mayo de 1812. “Pedía se reuniese un parlamento general
de caciques en Salinas, para mayor unión y fraternidad con el gobierno”.
También dice el autor que carecían de la noción abstracta del número (p. 83) lo
cual no es verdad.Indudablemente no podemos dar veracidad a una persona que no
mantuvo contacto con los aborígenes y por lo tanto desconocía sus costumbres,
porque Arturo Capdevila vivió entre los años 1889 (cuando ya los habían
expulsados cuando no exterminados) a 1967; ni tampoco a las opiniones sobre
ellos de quien los aborrecía (Sarmiento), que solo pudo tener contacto
esporádico y desde su punto de vista de superioridad étnica y su misoxenismo.
Es mas de fiar la opinión de alguien que tenía
motivos para denigrarlos (como en parte lo hace en su libro) por el trato de
que fue objeto durante su permanencia forzosa entre ellos durante un período de
tres años desde 1855 hasta 1858 inclusive (Augusto Guinnard. “Tres años de
esclavitud entre los patagones”). Sin embargo su sinceridad le hace manifestar
su admiración por Calfucurá, que en 1858 tenía 103 años, en cuyo aduar convivió
la última etapa de cautiverio y a quien veía diariamente. Sin necesidad de
extenderme en demasía, he aquí lo que Guinnard decía sobre su lenguaje y los
números:
“Decía d’Orbigny, con falta de conocimientos
positivos, que la lengua patagónica es poco amplia y hasta burda; que carece de
términos para expresar completamente un pensamiento… Es un grave error… ¿Qué
habrían podido decir entonces los infatigables oradores que he visto entre los
patagones, entre los puelches, y aún entre los pampas y los mamuelches, y que
tanto como Calfucurá… sabían emocionar tan bien a sus oyentes, y animarlos con
sus discursos?… dan expresión al pensamiento; pero la dan completa, sin
lagunas”.
“Los indios saben contar perfectamente bien;
emplean nombres de números que clasifican, como nosotros, por decenas… Aunque
no saben leer ni escribir, resuelven casi instantáneamente cálculos que nos
exigiría a menudo mucho tiempo… jamás se equivocan en sus cuentas, por
importantes que sean”. (Páginas 120 y 121)
No me cabe duda que la veracidad está de parte de
quien los conoció íntimamente. Veamos ahora más en profundidad su sistema
numérico; su inteligencia innata les permitía la noción abstracta de números de
unidades infinitas como “un millón”: mari pataca huaranca. Su sistema de
numeración es igual al teutónico y podemos comprobarlo con un ejemplo: “quechú
marí” que numéricamente equivale a cincuenta gramaticalmente es “cinco
diez”.
Para los NUMEROS CARDINALES usaban 10
cifras, y todos los demás números se forman a partir de ellos; a continuación
algunos números y sus nombres:
- Quiñé
- Epú
- Culá
- Melí
- Quechú
- Cayú
- Regle (o relghé)
- Purá o Purrá
- Ayllá
- Marí
- Pataca
- Huaranca o guaranca
Todos los
demás números se forman a partir de ellos, como verán en éstos ejemplos:
Mariquiñé:
11
Mariepú:
12
Marimelí:
14
Epumarí:
20
Epúmariquechú:
25
Melimarí:
40
Melimariepú:
42
Quechúmarí:
50
Quechúmaríquechú:
55
Epú
Pataca: 200
Purá
Pataca: 800
Marí
Huaranca: 10.000
Pataca
Huaranca: 100.000
Marí
Pataca Huaranca: 1.000.000
Por
ejemplo para decir 1878: Huaranca purá pataca relghemaripurá
NUMEROS
DE MEDIDA: a los
números cardinales se les agrega el sufijo mita (o mel, o chi)
Una vez: quiñemita, o quiñemel, o
quiñechi
Dos
veces: epúmita,
o epúmel, o epúchi
Tres
veces: culámita,
o culámel, o culáchi
Cuatro
veces: melímita,
o melímel, o melíchi
Cinco
veces: quechú
mita, o quechú mel, o quechúchi
Y así
sucesivamente
NUMEROS
ORDINALES: Es lo
mismo, pero agregando el sufijo lelú a los números cardinales:
Primero: quiñe lelú
Segundo: epú lelú
Tercero: culá lelú
Cuarto: melí lelú
Quinto: quechú lelú
Agregando
el sufijo gentú, tenemos:
Ser uno: quiñe gentú
Ser dos: epú gentú
Ser tres:
culá
gentú
Ser
cuatro: melí
gentú
Ser
cinco: quechú
gentú
Habíamos
viste que el nº 8 es purrá. Había un cacique llamado Purrán, cuyo
nombre significaba “ser 8” o “vale por 8”. Es así porque la “n” verbalizante
tiene el significado de “ser”.
Mi amiga
Beatriz Pichi Malen, tataranieta del cacique Coliqueo, en ocasión de su
presencia en León para dar una Conferencia en la “Casa Argentinos de León” me
obsequió su álbum de música mapuche “Plata”, en el cual se puede escuchar esta
canción interpretada por ella:
LOS
COLORES
En cuanto
a los colores, les doy los siguientes ejemplos:
Cari o caru: verde
Calfu: azul
Colú o Quelú: rojo, pardo, rojizo,
colorado
Curú: negro
Chod o Chos: amarillo
Lig o Lik: blanco
Painé: celeste
Pillondeuü: violeta
El río
Colorado por ejemplo era el Quelú leufú, y el río Negro el Curú leufú.
Como se darán cuenta, Leufú significa río. En otra ocasión explicaré algo de su
idioma o de otros aspectos relacionados con el mismo.
©CESAR TAMBORINI DUCA,
poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Querido amigo, incomparable narrador de nuestra historia, incansable estudioso y profesor de la gesta americana, amigo inolvidable ,estudioso y generoso de su saber...Mi saludo y felicitaciones, por tu producción y generosidad de compartirla.Yolanda
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