Imagen de:
DESOLACIÓN
Transitando en un largo
camino,
exento de refugios y de
abrigo,
despojado de un bien
lenitivo,
con gran pesar vi, un ser
tirado.
Un ser humano, mano
despiadada,
al cruento desamparo había
arrojado,
un ave doméstica que
despreciada;
muy vagabunda y sin
oriente andaba.
Andaba o no; no sé si
pasos eran,
la marcha aquella que le
notara,
o sería el impulso de un
fantasma
de bochornosa ofuscación
que aterra.
Esto es quizás lo que
marchar hacía,
al animal sin aliento o
fuerza alguna,
cual hace el aire con la
suelta pluma
burlando y maltratando su
agonía.
Pasé, pensé, miré y casi
he llorado;
muy pronto un lago de melancolía
se formó en mi alma y
angustiado,
en soliloquio entré y he
reprochado.
¡Veo un delito en esta
obra impía!;
de quién despreocupado
hace esto.
Ya no se repara el tan
indigno gesto,
si no se reencuentra con
su propia vida.
©JUAN JULIO GIANGIÁCOMI, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO
ARGENTINA
Impiadosas acciones con un indefenso pajarillo, otro signo de los tiempos, que no agrega ni quita a un mundo aún proveedor de vida, más que la alegría de respetarla,cuidarla, amarla....!
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