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jueves, 21 de enero de 2016

UN SUEÑO EN CINCO CAPÍTULOS, José Calgagni, Junín, Buenos Aires, Argentina

Imagen de: www.gettyimages.es


UN SUEÑO EN CINCO CAPÍTULOS


Capitulo I

Estoy en una oficina estrafalaria; parece el interior de una caja de zapatos de unos 50 metros de largo. Junto a las paredes laterales veo muy confusamente dos filas de escritorios ocupados por empleados, y eso lo supongo, porque tampoco alcanzo a distinguirlos, probablemente porque no son lo que me interesa. Queda un largo corredor central, y en uno de sus extremos está mi propio escritorio (Deduzco que soy un jefe importante). En el otro extremo hay un escritorio igual al mío. Lo ocupa, una chica que no veo muy bien. Y sin embargo tengo la sensación de que está enojada conmigo porque la miro demasiado.

Capitulo II

Soy empresario y me encuentro en una oficina de unos 40 metros cuadrados. Consta de dos salas pequeñas, de un baño y una cocina; todo pequeño. Es la única oficina de mi empresa; pero no estoy solo. Comparto el espacio con otra empresa perteneciente a una chica que, si no me equivoco, es la misma del capítulo I. No hay escritorios, la oficina está vacía.
Ella no ha pronunciado una palabra desde que llegó, y debe ser porque le disgusta compartir el espacio con otra empresa.  Evidentemente es así, porque en forma repentina se dirige a la puerta, la abre y se queda mirándome, en actitud de estera. Yo salgo pero dejo constancia de mi disconformidad, diciendo: “Pagué mi alquiler. Mis negocios no van tan bien como para que ahora tenga que hacerlo en otro lugar”.
Lo piensa mejor, abre de nuevo la puerta que ya estaba cerrando, y entiendo que la he conmovido y me permite otra vez la entrada.

Capitulo III

Dos números cruzan por mi cabeza: 7.000 y 5.000 y al rato los veo en dos rótulos pegados en las puertas de mi salita y la de ella, y me basta para comprender el significado. Reflejan la marcha de mi empresa y de la suya. Entonces le propongo asociarnos; me parece una gran idea; es casi una falta de consideración por desconocimiento de sus méritos no hacerlo; pero se niega rotundamente. Y hasta me parece que le ha disgustado mucho.

Capitulo IV

Nuestras empresas no compiten, son complementarias; deberíamos asociarnos. Eso sería sensacional. Se lo propongo una y otra vez y me mira con gran desconfianza. Me estoy arriesgando a que me eche otra vez, pero voy a insistir, con una estrategia diferente.

Capitulo V

Estoy saliendo con ella del Registro Civil. Acabamos de formalizar la fusión de nuestras dos empresas. Hay que celebrarlo a lo grande, pero el despertador hace lo que debe y me despierta.
Me perdí la fiesta; no hubo fusión y me quedé sin reloj, porque lo tiré por la ventana.

© JOSE CALCAGNI, poeta y escritor argentino.

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA



1 comentario:

  1. Precioso relato,por diferente ,entretenido y consecuente final disparatado...Me gusta.....(PERDÓN,es la costumbre)

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