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miércoles, 17 de julio de 2013

CRÓNICA DE UNA OBSESIÓN, fragmento


“Crónica de una obsesión”, Novela

Fragmento

…Chicos, la experiencia estética nos sirve de metáfora para que puedan entender mejor esta definición del deseo: Cuando contemplo un bello cuerpo, mejor si es femenino, en mi caso, una hermosa pintura, o simplemente un imponente  paisaje, estos aparecen en un tiempo y aire detenidos, entonces surge en mí una deliciosa oposición que no deseo anular. En realidad no quiero poseerlo, ni comprarlo, solo anhelo que su sola presencia continúe seduciendo mi mirada. Porque aunque en ese instante no podamos pensarlo, la contemplación de lo bello nos reconcilia con nosotros mismos,  nos sorprende, pero nos instaura una paz semejante a la eternidad.

Usted giró hacia mí. Nuestros ojos se encontraron, le sostuve la mirada por unos buenos instantes, traían un brillo especial. Hay tranquilidad, percibo en ellos una profundidad  interesante.  Luego continuó hablando.

Por ejemplo, al contemplar unos hermosos ojos, nos hacemos vulnerables a su seducción. Entramos en una sensibilidad quizás amenazadora y extraña. Sabemos también que estamos ante el peligro de ese deseo, que obviamente está por encima de nosotros, al punto de hacernos perder el sentido de la lógica,  las ideas, hasta la moral. Porque la belleza es una fuerza que rivaliza incluso con la más fuerte aspiración espiritual. Fascinados por ella podemos perder la razón. Se apodera de nosotros un extraño poder  que nos lleva a satisfacer nuestra vida más profunda, despertando nuestro inconsciente. Nos fascina, porque durante el tiempo de la experiencia estética, devela y vela, se muestra y se esconde. Nos muestra la paz y  nos esconde bajo esas hermosas formas  una vida satisfecha, violenta e inconsciente.
Así, los humanos aprendemos a seducirnos. Entonces la fantasía inventa, recrea anticipaciones. Para los más creativos, ustedes, espero que futuros escritores, antelaciones fantásticas. La palabra como conductora del anhelo. La expresión refinada, hasta espiritual, de nuestra energía libidinal.

Todo el salón quedo  en silencio, su discurso fue tan seductor, claro y preciso. El tono de su voz, su seguridad y sus movimientos nos dejaron sin palabras. Alguna vez escuché que un profesor frente a una clase tiene mucho que ver con la actuación en el teatro. Está allí, frente a todos expuesto. Usted maestro, sabe captar la atención como un actor manejar los tonos expresivos, puede mirarnos con seguridad y convencimiento. Sus desplazamientos son los justos. Es un ser misterioso e inalcanzable y yo solo quiero traspasar esa barrera…
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© VICTORIA DE HOYOS RODRÍGUEZ , Bogotá, Colombia.
MIEMBRO HONORÍFICO de ASOLAPO ARGENTINA

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