DEL AJEDREZ
“Cuenta la tradición que Lahur Sessa se presentó
ante el rey Iadava, soberano de Bagdad, para hacerle conocer un juego que acababa
de inventar. Sobre este tablero, le dijo, se colocan dos colecciones de piezas que
se distinguen unas de otras por el color: blancas y negras. Cada uno de los jugadores
cuenta con ocho de ellas llamadas peones, que representan a la infantería. Protegiendo
la acción de ésta, están las torres, y la caballería, simbolizada por dos piezas
que pueden saltar sobre las otras; y para intensificar el ataque, se incluyen -representando
a los guerreros nobles y de prestigio- los dos alfiles. La llamada reina, dotada
de amplios movimientos, más eficiente y poderosa que las demás, representa el espíritu
patriótico del pueblo. Completa esta colección una pieza que, aislada poco vale,
pero que amparada por las otras se torna muy fuerte: es el rey.
Y así fue como, jugando sus primeras partidas,
Iadava llegó a comprender que un rey nada vale sin el auxilio de sus súbditos, y
que, a veces, el sacrificio de un simple peón vale más, para la victoria, que la
pérdida de una poderosa pieza. “
Por mi parte, en el café La Academia (de Callao y Corrientes), una tarde, mientras estudiábamos Anatomía Patológica y en la mesa de al lado jugaban al
ajedrez, escribí en una servilleta estos versos :
Serás
rey o peón, espiga o paja,
pero
en el ajedrez que es nuestra vida
cuando
se llega al fin de la partida
todos
terminan en la misma caja.
Mientras
tanto la muerte se entretiene.
Y
juná la confianza que se tiene,
que
hasta te da una vida de ventaja.
LUIS
APOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Según Borges el al-fil es una palabra árabe y significa elefante. El elefante que combatía en las batallas en la India o bien en las del cartaginés Aníbal.
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