VEJEZ
Desde la vejez, pregunto todavía
que es la vida, turbión inescrutable
que observo desde un plinto venerable
que me trae su escena cada día;
observo pasados,
efémera logía
que ronda los efluvios insondables,
como si fueren ritos memorables
transitando sobre raudas fantasías;
Mi vida fue algún rol, tapicería
que no acopia la rara orfebrería
de mi pulso, fanfarria de mi suerte;
volaré, insigne Nada, dinastía
de un poeta de túnica sombría.
¡No sabré ni de vida ni de muerte!
©RODOLFO
VIRGINIO LEIRO, Poeta y Escritor argentino,
Asesor Cultural de Asolapo Argentina
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ÚNICO ESPACIO OFICIAL DE DIFUSIÓN GRATUITA PARA NUESTROS MIEMBROS. NORBERTO PANNONE
miércoles, 28 de noviembre de 2012
VEJEZ
ASOLAPO ARGENTINA DISTINGUE A RAMÓN AYALA
martes, 27 de noviembre de 2012
EL PASADO
EL PASADO
Me
encanta divagar desde ese desván en las nubes al que sólo yo tengo acceso,
desempolvar
uno
a uno, esos recuerdos únicos y de vez en cuando, asombrarme con ese cuadro
guardado
de
mi misma que envejece. Cada cual, debería visitar ese desván de los años que
van pasando, sin reminiscencias desalentadoras, sacando conclusiones
inteligentes aún de episodios ingratos, evaluando con sinceridad y madurez,
supongo que esa será la misión de los años vividos.
Y
son tantas las ilusiones descartadas que allí encuentro, que con un poco de
imaginación rescato las reciclables, recreo los deseos de comenzar de nuevo y
me ilusiona la curiosidad por un nuevo día.
Como
el reflejo maravilloso del mar, espuma y movimiento tiene el poder de motivar a
nuestra imaginación, ese paseo por el desván de nuestros abandonados pasos por
la vida, será vivificante
La
vida así de hecho, no tendrá fin, aunque se acabe.
ELSA SOLIS MOLINA, (NALÓ) Poeta, escritora y artista
plástica argentina. Reside en Barcelona, España. Miembro Honorífico de Asolapo
Argentina
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COQUETEO ENTRE UNA PEONZA Y UN CLARIN
COQUETEO
ENTRE UNA PEONZA Y UN CLARÍN
En cierta ocasión y con motivo del baile de San Juan, un
clarín y un peonza entablaron amistad, a partir de entonces nunca se separarán,
juntos forman una pareja sin igual. Cuando el clarín se pone a tocar, la peonza
instintivamente se pone a bailar.
Entre voltereta y voltereta acierta a decir:
― Tocas muy bien. Cada día te superas.
― Gracias, eres muy amable, no esperaba menos de ti.
― ¿Y tú, crees que bailo bien?
― Bueno…―Responde el clarín arrastrando las palabras―
― ¿Cómo que bueno? ¡Esclarece eso enseguida!
El clarín antes de contestar se aclara un poco la
garganta,
―
¡Ejem, ejem! Quiero decir que no lo haces nada mal.
― ¿Hay otras que lo hacen mejor que yo, es eso lo que
insinúas? Venga interpreta algo y te demostraré lo que valgo.
― ¿Qué quieres que te toque?
― ¡Las narices para empezar! ¿Qué te parece?
― ¡Peonza! ¿Qué respuesta es esa?
― Perdona, es que me estás sacando de quicio con tus
dudas sobre mis habilidades.
El clarín, está firmemente decidido a no entablar una
discusión con su amiga, sin más demora entona una marcha con mucho ritmo.
Rápidamente la peonza empieza a moverse.
―
Mira, mira con que firmeza me muevo, las volteretas son tan seguras y
armoniosas.
―
Bueno…
―
¿Otra vez con eso, es que no ves el equilibrio y la armonía en un cuerpo tan
gracioso como el mío?
―
¿Gracioso dices, dónde está la gracia? Una sílfides no eres, tu cuerpo es raro,
aunque debo reconocer que tiene su chispa, eso no lo discuto, es solo que…
El clarín se detiene durante unos segundos, a lo que la
peonza se inquieta y le apremia
―
¿Qué? ¡Continua!
―
Tienes el don de desconcentrarte y cuando eso ocurre y caes, esa figura tan
graciosa de la que tú presumes, desaparece para convertirse en un fardo.
― ¡Que desagradable eres! Yo pensaba que eras mi amigo.
― Y lo soy.
― Entonces no digas memeces, al fin y al cabo la culpa de
que caiga la tienes tú, cuando equivocadamente confundes una nota con otra.
― ¡¿Cómo te atreves?! ¡Ignorante! No es confusión es
cambio de ritmo y claro, eres tan torpe que no sabes distinguirlo.
― ¿Ritmo? Ya te daré yo ritmo.
El clarín la conoce bien y sabe que la peonza es de armas
tomar, así que da por terminada la discusión y la apremia sin más:
―
¡Vamos, vamos peonza! Esta pequeña discrepancia va a hacer que nos demoremos,
en lo que va a ser nuestro debut como artistas, el público nos espera y no está
bien que lleguemos tarde.
Nadie hubiera
dicho escuchándoles que se complementaban también, aunque sólo hay que verles,
instintivamente se han cogido de la mano y así unidos caminan calle abajo. Sin
darse cuenta van en busca de fama y gloria, aunque no es eso lo que más les preocupa,
su amistad es lo único que ellos valoran, estas pequeñas discusiones son la sal
de la vida y lo que sienten el uno por
el otro es una admiración sin límites, y lo más importante si cabe, se quieren.
MILAGROS PRATS,
Poeta y
escritora española, Alicante, España
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COSAS PEQUEÑAS, PEQUEÑAS COSAS
COSAS PEQUEÑAS,
PEQUEÑAS COSAS
Mi querida Ángela:
Hoy quisiera hablarte de las pequeñas cosas, que no por ello, tienen que ser
cosas pequeñas.
Yo sé que soy un
marido bastante huraño, seco, tristón que no te atiendo como mereces, pero ya
sabes lo mucho que tengo que trabajar para que en casa no falte de nada.
Así que voy,
vengo siempre atareado, gruñendo más de una vez.
Nosotros los
hombres queremos hacer grandes cosas, emprendemos negocios en donde “todo el
mundo se va a dar cuenta de lo mucho que valemos”, aunque el banco no nos
conceda la financiación necesaria y todo se quede en agua de borrajas. Nos
decimos que esto y que aquello va a ir estupendamente y va a dar un resultado
grandioso, y rápidamente nos subimos en el tren de la fantasía y no paramos de
soñar en cosas grandiosas. Salimos a la calle convencidos de nuestro talento,
de nuestra prestancia, de que podemos convencer a este o aquel cliente de lo
que le ofrecemos, es lo mejor.
Pero, como te
decía al principio mi vida esta jalonada de pequeñas cosas, de hermosos y diminutos
momentos que han sembrado mi existencia y han tejido un sólido y resistente
enjambre, y ese mundo hecho de pequeñas cosas, te lo debo a ti.
No falta gente
que apunta, a que el veneno, se coloca en pequeños frascos, y que en pequeñas
dosis nos mata y la droga que en pequeñas cantidades nos va degradando poco a
poco. He aquí pequeñas cosas que son nocivas, por supuesto, pero también en
frascos pequeños está el perfume, que aquella noche y otras también culminó un
gran momento de amor, sí, en pequeñas gotas que enervaron mi ánimo.
¿Te acuerdas
aquellos pequeños golpecitos en la puerta de mi despacho para decirme “déjalo trabajas
mucho”, ese pequeño café que me ofrecías con pequeñas galletas, esa pequeña
sonrisa cómplice que me regalaste al reparar el lavabo y otra al acordar la
transacción económica, el día que yo andaba muy nervioso. Ese pequeño “buenos
días” al despertarme y esos pequeños besitos con que acariciaste mi espalda. Sí
mi amor, todas esas pequeñas cosas, tan hermosas, cosas silenciosas, dulces
como las pequeñas manos de nuestra hija que cogía las mías a los pocos días de
nacer.
Mis pequeños
niños, eran esas pequeñas cosas que me hacían volver a casa con ilusión.
Y todas esas
pequeñeces han configurado una gran felicidad por que han sabido adornar nuestra
existencia con las muy grandes e importantes, pequeñas cosas.
SALOMÉ MOLTÓ,
Alcoy,
Alicante, España
Miembro
Honorífico de Asolapo Argentina.
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viernes, 9 de noviembre de 2012
MEMORABLE
MEMORABLE
Me gusta recordarte, Me gusta sentirme
siempre.
Me gusta saber lo que aún mora en mi
consciente.
Me gusta saber que no niego lo que siempre
huye.
Me gusta sentirte aún en ese resabio de lo ya
ido.
¿Cómo desconocer que amé y tuve entre mis
manos
esa tremenda satisfacción, cuando todo era
lo amado?
Un arcoiris traslucía ojos tricolores,
pieles en ternuras...
¡Capullos sedosos con perfume de azahares y
sonreías!
Eso era un cielo alcanzado con todas sus
estrellas.
Nada quedaba fuera de él, era como un cielo
propio,
donde las constelaciones nos orientaban cada
minuto.
Era como tener el mundo en las manos para
siempre.
El patio del caserón de la abuela, donde las
glicinas
perfumaban tus palabras, que flotaban en ése
lugar
tan sagrado, donde todo era oportuno y en
ese tono,
en que el sabor de tus labios era enaltecer
belleza.
Me gusta ahora recordarte, hoy aún, en este
tiempo memorable.
Me gustaba la casa de la abuela, ella
siempre sonreía al vernos.
LIDIA CRISTINA CARRIZO, poeta y escritora. Buenos Aires, Argentina.
Embajadora de Asolapo Argentina en Buenos Aires
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NOCHE
NOCHE
El murmurio y su noche sugería,
a mis plenas pupilas andariegas,
a mis plenas pupilas andariegas,
un sembrado de trigo entre fanegas
que mi propio silencio repetía,
que mi propio silencio repetía,
y era de oro calzada estantería,
bastión de un dorado haciendo entregas,
bastión de un dorado haciendo entregas,
igual que en el oscuro, un grito a ciegas
de tránsito en vivaz mensajería.
de tránsito en vivaz mensajería.
La lengua de las horas recorría
los binomios del sol y de la espiga,
requeridos en gárgolas entregas;
Fue un dopaje de luz en romería
que entre estambres de gozo y maestría,
que entre estambres de gozo y maestría,
subastaba la umbría en mis bodegas.
RODOLFO LEIRO, Poeta y Escritor Argentino, Buenos Aires,
Argentina.
Asesor cultural de Asolapo Argentina
TANGO
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