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sábado, 25 de marzo de 2017

EL MAR DE LOS POBRES, Carlos Rodolfo Ascencio Barillas, El Salvador

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EL MAR DE LOS POBRES

El mundo
            Es el bullicio del hambre,
           
Donde los niños
Yacen muertos
            Y que tristes   
           
Son las angustias
Del alma,
Y el dolor ineluctable

De Todas las miserias
Desnudas del universo
Que ciegan

Las sombras de los cementerios,
En el caminar
De los muertos
Que sueñan llorando

Y los vivos
Que mueren
Soñando,

Y los niños
En las calles,
Con la sed en sus labios
Y hambre en las entrañas
De las tristes ilusiones,
Y Muertas Esperanzas
En la llaga del mundo.

¡Lloren los hombres!
En el letargo camino
Con los ojos extraviados
Frente al sol
Que mira sus penas,

Y Los ricos que ignoran
Las tumbas
Inocentes

De las madres
Que gimen
En los pechos marchitos,
Cual leche,
Fluye de abundante
Dolores,

En un río,
Torrentes
De miserias
Y calamidades,

Continúa el hambre
Con Voces y manantiales
De llanto

Y amargura,
Cada día el dolor
Profundo

En la ciudad
De los muertos
Vivientes,

¡Qué horrible destino!
Es el vivir,
De los pobres que mueren
En el vientre del mundo

Y los pueblos que olvidan
El existir
De sus propios sueños
En la paz de las humanas
Miserias.

Y crueles los hombres
Que al mundo le niegan fortunas
Derrochando riquezas
En el mundanal pantano
Y la sed, el hambre y el frío
En el gran alarido nocturno
Fuerte, mustio y mío,

Y esto es todo cuanto digo
Una voz sin aliento
Un invierno sin abrigo
Y es el pesar que yo siento
Una madre, un niño
Y un mendigo.

El mundo es el bullicio
Del hambre.

©CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS, poeta y escritor salvadoreño Poeta
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

EL DIA MUNDIAL DE LA JUSTICIA SOCIAL ¿qué es justicia? ¿Qué es libertad?¿Qué son las convicciones del hombre?¿Qué es la igualdad en el mundo?¿Será que me veo en la crueldad mientras unos hablan de paz otros se preparan para la guerra…Pero, ¿Por qué tanta riqueza? en un mundo vanidoso, en una sociedad distorsionada donde se niega el pan de trigo, y el vino escaso de uvas, ¡Libraos Dios de este mal y de los pensamientos impuros, de las locas tentaciones, y de las cadenas perniciosas.  Dejad que la justicia prevalezca, la igualdad de oportunidades en la abundancia del trabajo, el bienestar económico para todos que las ambiciones desaparezcan y que en el llanto de los niños no se escuche, y que la miseria de vuestro egoísmo no inhiba la razón de tu existir. Dejad los forzosos estragos del odio, dejad las crueldades que matan las pasiones que oscurecen, La luz en las profundidades de abismos, que vuestros placeres se limiten negar la bondad humana, la conservación de la existencia. Mirar el viento que abraza las montañas la primavera que despierta en tus ojos, los ríos que acarician tu rostro, mirar el ocaso de tus atardeceres, el beso de la primera luz en los amaneceres, la brisa que llora con la lluvia, volveos a los viejos sueños de tu niñez, mirar la inocencia de tus tesoros y la edificación de tu conciencia que te engendro, y la justicia que te alimento, y  la paz que siempre te acompaño; piensa, solo piensa en un pensamiento “En la justicia social de los pueblos…” Carlos Rodolfo Ascencio Barillas. Poeta salvadoreño.




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