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martes, 26 de febrero de 2013

ALEGATO DE JUAN NADIE

ALEGATO DE JUAN  NADIE


“Protesto contra la actual sociedad”

Damas y caballeros: Yo soy el  hombre que todos conocen como Juan Nadie. He escogido este nombre porque parece describir al hombre de la calle. Al Alcalde y al Gobernador no les gustan los artículos que escribo. La gente como el Gobernador y ese otro están preocupados, pero no voy a hablar de ellos; voy a hablar de nosotros, la gente normal, los Juan Nadie. Si les preguntaren cómo es el Juan Nadie corriente no podrían decirlo porque es un millón de casos. Es el señor grande y el señor pequeño; es ignorante y es sabio; es esencialmente honrado, pero tiene un ladrón dentro de sí: en oportunidades entra a una cabina  telefónica, no sin antes mirar a través de la ranura de la cerradura para ver si alguien se ha dejado diez centavos. Es el hombre para quien redactan los anuncios; aquel a quien muchos pretenden venderle cosas; siempre acaba pagando el pato, y es la mayor fuerza del mundo. ¡Sí señor!...¡Somos una gran familia los Juan Nadie! Somos los mansos que teníamos que heredar la tierra. Estamos en todas partes: cosechamos; excavamos en las minas; trabajamos en las fábricas; llevamos los libros; hacemos volar los aviones; conducimos los autobuses, y cuando un poli grita: ¡Atrás...! ¡Usted...atrás!..., se refiere a nosotros, los Juan Nadie. Hemos existido desde siempre: hemos construído las Pirámides; hemos visto a Cristo crucificado; extraído metales para los emperadores romanos; navegados en las carabelas de Colón; hemos salido de Moscú con Napoleón y nos hemos congelado con Washington en Princeton. ¡Sí señores!...Hemos estado allí, y aportando nuestro grano de arena desde los inicios de la historia del mundo, y en nuestra lucha por la libertad, hemos golpeado en la lona muchas veces. Pero siempre hemos vuelto a la lucha, porque somos el pueblo y somos fuertes. Han empezado a hablar de la gente libre que se reblandece, que ya no puede más... ¡Todo eso es mentira! La gente libre podemos cambiar el mundo, desde la guerra hasta el juego más insignificante, si nos lo proponemos. Sé que muchos de ustedes se preguntan qué puedo hacer: sólo soy un pobre hombre...yo no cuento. Pues, se equivocan. Los pobres hombres siempre han contado, porque a la larga, el carácter de un país es la suma total del carácter de sus pobres hombres. Pero tenemos que actuar todos juntos. No podemos ganar el juego si no hacemos un  trabajo de equipo, y ahí es donde aparece cada Juan Nadie. Depende de él unirse a su compañero de equipo. Y su compañero de equipo, amigos míos, es la persona que tiene al lado. Su vecino es una persona enormemente importante; lo necesita y él necesita de ustedes. Así que, cuídenlo si está enfermo; denle de comer si está hambriento;  y si no tiene trabajo búsquenle uno; hablen con él si está preocupado. Para la mayoría de ustedes su vecino es un extraño. Un tipo con un perro que ladra y una pared que lo aísla, pero ahora ya no puede ser extraño nadie que forme parte de su equipo. Así que ¡derriben esas paredes que los separa! Derríbenla y derribarán todos esos odios y prejuicios. ¡Derriben esas empalizadas y habrán realizado un trabajo digno! Sé que muchos estarán diciendo: ”Este hombre está pidiendo un milagro; espera que la gente cambie repentinamente”. Pues, se equivocan, ¡No es un milagro!, ¡No es un milagro!, porque he visto que ocurre una vez al año, todos los años, al llegar la Navidad. Hay que ver lo que hace la gente...todo tipo de gente. Y yo me pregunto: ¿“Por qué no puede ese espíritu, ese acogedor espíritu navideño durar todo el año?” ¡Cielos! Si eso ocurriera, si todos los Juan Nadie hiciéramos que ese espíritu durara trescientos sesenta y cinco días al año, desarrollaríamos tal fuerza, crearíamos tal ola de buena voluntad que ninguna fuerza podría oponerse a nosotros. ¡Sí amigos míos! Los mansos heredarán la tierra cuando los Juan Nadie comiencen a amar a sus vecinos. Y será mejor que empiecen ahora. No esperen que el juego se suspenda por falta de fe. ¡Despierta Juan Nadie, eres la esperanza del mundo!





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-Éste es un fragmento de una historia que he recogido porque me siento partícipe de esa cruda historia. Soy un Juan Nadie dentro de los millones que habitan el planeta. Muchos pensarán que este profundo alegato es producto del sentimiento de un comunista; de un piquetero; de algún anarquista marginado de la sociedad. ¡Lejos de la realidad! Son conceptos vertidos por un actor para una película. El film lleva por título, precisamente “Juan Nadie”, y el actor se llamaba Gary Cooper. Este astro del firmamento hollywoodense, tan identificado con los personajes invencibles de la farándula, supo producir joyitas como la mencionada. La película fue dirigida por Frank Capra en 1941. Y yo me pregunto: ¿En estos tiempos de muertas utopías, Capra y el grande de Gary se habrían animado a elaborar algo así?


OSVALDO ZERBINI, periodista, poeta y escritor argentino.
Miembro de Asolapo Argentina

1 comentario:

  1. SALUDOS A LOS HERMANOS DE ASOLAPO. ALEJANDRA ZARHI GARCÍA. EMBAJADORA EN CHILE DE ARGENTINA

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