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domingo, 18 de febrero de 2018

LA ALHAMBRA - GRANADA - ESPAÑA, Alba Yobe de Ábalo, Santa Fe, Argentina

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Imagen de: hubpages.com


LA ALHAMBRA   -   GRANADA   -   ESPAÑA

                               Llevaba en mi interior, la ansiedad contenida y la intención de comprobar, si lo que había leído y visto en fotografías, reflejaban la realidad.
                        El muro exterior, impresiona por lo inexpugnable, pero en nada revela, lo que encierra en su interior. Muy espaciadamente se encuentra una que otra ventana, cubierta por ajimeces (celosías de madera en saledizo, que permiten ver, sin ser vistos). Atravesar el muro y comenzar a descubrir maravillas, es uno solo.
                        Asombro, sensación de pequeñez ante tamaña empresa, fue la primera impresión recibida. Me parecía ver, inclinados contra cada pared, abrazados a cada columna, cientos y cientos antepasados de raíces árabes cuyas manos ágiles y mágicas iban delineando los arabescos que formados en cada espacio, con una perfección que deja sin aliento.
Belleza de dibujos, estilización de líneas, admirables diseños caligráficos y las figuras geométricas entrelazadas. Los relieves de estos motivos, se mantienen intactos en los distintos salones que están a la vista del turista... Parece imposible que se conserven así a través del tiempo, como si hubiesen sido realizados recientemente. Más aún cuando pensamos que están expuestos a diario, a la visita de cientos de turistas.
                        Cada recinto cambia de diseño mientras el asombro va en aumento y la respiración se dificulta como un homenaje impensado de cada visitante, hacia los creadores y hacedores de tanta maravilla. Hoy cientos de personas respirando juntas, impactadas ante tanta estilización de la forma. Ayer, cientos de antepasados, respirando juntos aguzaban la vista y agilizaban sus manos plasmando la belleza increíble que contemplamos.
                        Dentro de cada recinto, elevar la mirada, nos transporta a un cielo "taraceado", en maderas de cedro y otros materiales preciosos como el nácar y el marfil. Observar detenidamente cada trozo de techo en cada alcoba, es descubrir formas geométricas simétricas, con colores cálidos de distintos tonos de maderas y con diversos materiales preciosos que ofrecen al espectador, a la distancia, un relieve  pensadamente dibujado, para causar determinados efectos.
                        Así se suceden salas tras salas, columnas tras columnas, arcos tras arcos arquitectónicamente sorprendentes. La variedad de las columnas y los capiteles merecen un capítulo especial, la amplitud dada a los arcos, y el material empleado en cada etapa de la construcción, muestran la capacidad creadora y el dominio de la arquitectura por los árabes, desde tiempos inmemoriales.
                        En esta maravillosa obra, el agua, traída de las sierras juega un papel, importantísimo en su triple misión: religiosa, utilitaria y estética. Religiosa por su función ritual para el musulmán, en sus abluciones previas a la oración; utilitaria, porque era imprescindible para la vida y para alimento de palacios y jardines, el regado de las huertas del jardín nazarí cuyo prototipo prodigioso es el Generalife, magnífico tapiz vegetal, que ofrece sorpresas maravillosas a la vuelta de cada recodo; el abastecimiento de los baños de la Alhambra, para la vida misma; estética, tanto visual como auditiva. El patio con alberca, en muchos casos permite reflejar en la superficie tersa del agua, en forma invertida como en un espejo, la arquitectura. En permanente movimiento, el agua sale de los surtidores, de las fuentes y acequias, regalando a los oídos un rumoreo que trasmite una inmediata sensación de frescura y un tintineo rítmico. Trasmite vida.
                        Los ojos de los visitantes tienen la oportunidad de apreciar la variedad y abundancia de mármoles que usaron los granadinos en sus pisos, columnas, tazas de fuentes y pilas, extraídos de las Canteras de las sierras de Filabres.
                     En su construcción, encontramos estucados con motivos de estrellas de ocho puntas, azulejos o alicatados, aleros de madera preciosa, paneles de mocárabes; la arcilla ferruginosa (al hamra), la roja, que tienen los parámetros exteriores, y que se cree da origen al nombre, " calat - alhamrá " = Castillo Rojo.
                        Es la Alhambra una obra maravillosa, considerada de las más importantes realizada por la humanidad, a la que tantos la llamaron "La Suprema perfección". Creada por la genialidad de los árabes y construida por manos árabes.
                        Para finalizar transcribo las palabras de Emilio García Gómez, insigne arabista y miembro de la Real Academia Española, que explican con tanta claridad el misterio de su perdurabilidad:
"Si Vuestra Alteza interroga a cualquier granadino, o a no importa qué español sobre la Alhambra os responderá que es árabe, pero al mismo tiempo visceralmente española. Lleva más tiempo con nosotros que el que pasó con los árabes. Está adherida a nosotros, a ese complejo organismo que se llama España. Y aquí se resuelve la última y definitiva contradicción de este monumento. ¿Cómo la Alhambra, tan frágil, ha podido llegar a nuestros días casi intacta? La respuesta es porque la amaron los Reyes, que la hicieron Casa Real; los nobles que en ella habitaron; las gentes populares que un día la ocuparon. Todos. La Alhambra pervive porque la ha defendido la más adhesiva fuerza que radica en los seres humanos. La ha resguardado el amor".

©ALBA YOBE DE ABALO, poeta y escritora argentina
MIEMBRO GOBERNADOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
En la Pcia. de SANTA FE.


1 comentario:

  1. Hermoso relato de un hermoso monumento. Verdad, cuanto dice, recordando aquella expresión:"Dale limosna, que no hay desgracia más grande que ser ciego en Graná" Y tenía razón.

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