LA RISA
He visto tus ojos que me observaban,
mi pequeña y hermosa niña. Me ha sorprendido tu inquieta mirada, sobre todo,
porque me seguía allí donde iba y mirando cuanto hacía.
Estamos
atentos a cuanto haces, mejor dicho, a todo cuanto miras. Ya tus ojos han cambiado,
ya no miran desorientados, ¡no! ahora te fijas, nos sigues con la mirada, nos
observas. ¿Y que aprendes hermosa doncella? ¿Te es extraño este mundo? Por
supuesto, pero no te preocupes, mama está cerca, allí observando la calle,
acabas de tomar tu pequeño desayuno y has dejado sus senos vacíos, déjala que
repose no va a tardar en volver, ya sabes que no puede estar mucho tiempo
alejada de ti. Es valiente tu mama, vuelve al trabajo dentro de unos días con
esos hermosos ojos y ese pelo poderoso dirá a todos, tengo una princesa en casa
que me espera por la que voy a luchar.
No me mires de ese modo, esos brazos que también te estrechan
son los de papa, ya sé estás muy contenta en ellos, también las dos abuelas te
adoran, tíos, tías, sí sí pequeña, todos te adoramos
¡AH!, ¿y quién soy yo?, esta loca que va de aquí para allá
que no acaba de reír, reír con fuerza porque ¿sabes pequeña cómo has cambiado
la vida de todos los que están cercanos a ti? y también los que estamos algo
lejanos, también pensamos mucho en ti, y aquí estamos intentado hacerte feliz.
Hago de payaso, muecas, risas y más risas, gesticulo, muevo la cabeza, abro los
ojos los cierro, toco el pito, me quito la peluca, soplo el tirachinas, vuelvo
a gesticular, desde el marco de la ventana tu mama me observa. “Mi tía se ha
vuelto loca», creo que piensa, pero tu miras, los ojos abiertos y de repente se
produce el milagro, te pones a reír, con entusiasmo, con fuerza y es como un
mana de dulzura y vigor que nos invade, la preciosa niña, ríe, nos ha
regalado una carcajada muy sonora, como
diciendo «Esta mujer está algo loca, pero es muy divertida», lo intento mi
amor, lo intento, ya que tu llegada ha sido como un regalo lleno de amor y de
muchas risas, todas esas que tu preciosa cara nos regala a cada momento.
©SALOMÉ MOLTO, poeta y escritora de Alcoy,
Alicante, España.
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Mucha ternura despierta este este relato.
ResponderEliminarCristina Araoz
Amamos a nuestra propia vida que ha tomado prestado un cuerpo nuevo, frágil y tibio... Que será la flor maravillosa que perfumará nuestras vidas con savia nueva, especial y única....!!!!!
ResponderEliminarProfundamente agradecida a todas estas personas que leen mis modestos escritos
ResponderEliminarSalomé
Amiga Salome: Te encuentro aquí en este rincón de esta PUBLICACIÓN tan variopinta y me gusta tu Relato, LA RISA, es "cortito" pero tiene su salsa, que es lo importante, a mí me ha entretenido y me ha dejado buen sabor de boca, enhorabuena, compañera de fatigas.
ResponderEliminarRESPECTO A "LA RISA. ¿Qué decir de tu relato, / tiene su salsa y su sal, / resulta un tanto especial / para ser un primer plato./ Qué decir más, ¡ojo al dato!, / porque lo que tu relatas, sus pespuntes los rematas / con tal destreza y cuidado, /que una vez que has terminado, / pasión con ellos desatas...