SE VOLARON LOS PICHONES
Se volaron los pichones... les quedó muy chico el nido... y
comprendieron que ese no era su sitio para pernoctar.
Los miraba
desde mi ventana cada mañana al levantarme y abrir las ventanas...
Sus piquitos
abiertos esperando llegara "mamá colibrí" a traer el dulce almíbar
libado de las flores.
Hoy descorrí la
cortina y lo vi vacío... ¡en que momento volaron! ¿Cómo aprendieron a hacerlo
tan pronto?
No pude evitar
que me corriera una lágrima, ya eran casi de mi pertenencia... empujaba mi auto
del garaje sin ponerlo en marcha para no asustarlos...
Pero hoy ya no
están, volaron... porque para eso le crecieron alas y eran aves...
El nido soportó
las últimas tormentas y vientos… se columpiaba el nido pero ellos en su refugio
quedaban al resguardo.
Hoy me siento
una mamá que crio a sus hijitos, primero en el nido materno de su vientre
o en su corazón, y al momento de dar a luz se siente que le
arrancaron el alma...
¡Claro! Los
hijos son hijos de la vida dice "una frase", los hijos no nos
pertenecen, hay que soltarlos... necesitan volar su propio vuelo!
Palabras que se
las lleva el viento... cuando el nido queda vacío, nos vaciamos también
nosotros un poco...
Entendemos allí
que las lágrimas de nuestros padres cuando nos fuimos a hacer nuestra propia
vida, son las mismas lágrimas de esta ausencia que no se satisface con nada...
Entonces nos
acostamos un ratito en sus dormitorios abandonados para sentir "el olorcito"
que dejaron, y recorremos sus cuadernos del jardín, los de la primaria, sus
primeros dibujos que siguen guardados celosamente.
Y rompemos a
llorar cuando abrimos el cajón y están sus escarpines, baberos y prendas
lavaditas y perfumadas que quedarán con nosotros por años sempiternos, el cajón
con sus juguetes que luego mostraremos a nuestros nietos, y el osito de peluche
naranja con el que se dormían abrazados y se despertaban jugando...
“Ahora llueve”…
miro por la ventana y veo el nido vacío... y pasan por mi mente los recuerdos
ya vividos...
Sé que la rueda
de la vida no se detiene, pero debo acariciarme el corazón para quitar esta
angustia que comienzo a sentir.
Porque la vida,
pese a lo que siento debe continuar...
©Libia Beatriz Carciofetti, Canciller Cultural de ASOLAPO
ARGENTINA en la Pcia de Santiago del Estero.
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sábado, 13 de diciembre de 2014
SE VOLARON LOS PICHONES, Libia Carciofetti, Santiago del Estero, Argentina
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HERMOSO POEMA, LIBIA, FELICITACIONES
ResponderEliminarEl instinto es el equilibrio y garantía de la supervivencia...La circunstancia que describes,Libia Beatriz Carciofetti, es un elemplo de ello....Claro, ellos son animalitos pero a veces nos dan lecciones.a los humanos, que solo sabemos para con los hijos, de ternura, sobreprotección, amor incondicional y.....ceguera!!!! Magníficamente relatada una secuencia de la vida de estas avecillas valientes y voluntariosas que nos dan lecciones a las madres, actitudes de las que no nos convencerán nunca!!!!!!!Un beso agradecido Libia y bienvenida al club.......Yolanda.
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